News Soliclima   13/06/2006 - 17:44h

Tigre y Dragón: el despertar de dos gigantes asiáticos

China e India buscan alternativas para mantener su crecimiento

China, el gigante asiático

El dragón emergente: China

A principios del siglo XIX, Napoleón lanzó una profecía: " Cuando China despierte, el mundo temblará". Dos siglos después, China ha despertado. Por primera vez desde la dinastía Tang (s. VI - VIII d.C ), una de las civilizaciones más avanzadas de los últimos milenios quiere volver a abrirse al exterior. Tras siglos de un hermetismo que sólo el budismo y el marxismo fueron capaces de penetrar, hoy en día en China, el país más poblado y uno de los últimos estados comunistas, se ha convertido en un ávido receptor del cuatioso capital y de los conocimientos que aportan las empresas extranjeras, ansiosas por acercarse al mayor mercado emergente del mundo.

Pero China crece en un entorno degradado. La tala de árboles perpetuada durante milenios y la consiguiente desertificación, la quema de carbón, el mal uso del agua a los largo de la Historia, las prácticas agrícolas insostenibles, los proyectos faraónicos de desviación de los cursos ideados durante siglos y la contaminación del aire y el agua han dejado al país en un estado que lso expertos califican de suicidio ecológico, con grandes dificultades para suministrar agua a toda la población y un alto índice de enfermedades relacionadas con la contaminación.

Aunque el impacto ambiental global de China aún no supera el de EEUU, el mayor contaminador ambiental del planeta, lo más inquietante es lo que está por venir. Al coste ambiental de China hay que añadir el de la India, la mayor democracia del mundo, cuyo crecimiento económico también se ha venido acelerando en los últimos años. El último informe sobre la 'Situación del Mundo' de 2006 del Worldwatch Institute, el prestigioso centro independiente de investigaciones ambientales y sociales, considera a estos dos países cruciales para el futuro del medio ambiente del planeta.

El PIB chino escala a un ritmo que supera el 10% anual. China ha sobrepasado ya a EEUU como principal consumidor de acero, carbón, grano y carne, y su consumo de petróleo, aunque sólo representa un tercio del estadounidense, se ha doblado en la última década. El país asiántico es líder también en el uso del acero, del aluminio y del cobre, y en el mercado interno las ventas de casi todos los bienes se disparan. Uno de los sectores en el que el auge es más evidente es el electrónico, con más de 300 millones de usuarios de telefonía móvil. El resultado es un mayor nivel de vida, pero también una ingente cantidad de residuos tóxicos para los que aún no se ha ideado un modelo de gestión eficaz. El problema de los llamados e-residuos (basura electrónica) no es más que una minúscula parte de las consecuencias ambientales de una economía que lleva despertando 25 años.

El desarrollo de un país con más de 1.300 millones de habitantes siguiendo los modelos actuales supone un gasto de recursos que el planeta no puede sostener. Pero la euforia económica está haciendo también abrir los ojos a la catástrofe ambiental en la que se encuentra sumida gran parte del país.

El pasado mes de abril, el primer ministro chino, Wen Jiabao, reconoció, en un inesperado gesto autocrítico, que de los 20 objetivos marcados en el anterior Plan Quinquenal, ocho no se habían cumplido. La reciente preocupación de las autoridades chinas por su medio ambiente quedó ya patente en el recientemente aprobado undécimo Plan Quinquenal, el más verde hasta ahora, que sitúa a la ecología entres sus ejes centrales.

En algunos sectorse de su economía, China ha empezado ya a invertir en modelos alternativos a los ya existentes. Es el caso de la energía, en la que se postula como primera potencia de instalación solar para agua caliente, tercera potencia de bioetanol (la India es la cuarta) y futura potencia eólica; o el transporte, con nuevos sistemas que puedan sustituir al automóvil privado. Su nueva Ley de Energías Renovables aspira a que el 10% de la energía china provenga de fuentes limpias para 2020. Y lo más importante, los informes internacionales coinciden en señalar un despertar también de la sociedad civil, cada vez más implicada en las cuestiones ambientales. Las ONG ecológicas, legales o clandestinas, proliferan en las distintas regiones del país.

La inquietud gubernamental no sólo obecede a criterios ecológicos. Los economistas estiman que el coste del daño ambiental puede estar suponiéndole ya a China un 9% de su PIB. Hace 50 años, Mao fracasó con su campaña del Gran Salto Adelante, un intento de conquistar la naturaleza que condujo a una hambruna en la que murieron 30 millones de personas. Ahora, China está dando un nuevo Gran Salto Adelante con el que está logrando alimentar a la población más numerosa del mundo. Pero a un precio cada vez más costoso, que podría comprometer no sólo su crecimiento económico, sino también el propio futuro del planeta.

India, la potencia emergente

El nuevo tigre asiático: India

Como China, India sufre ya un grave deterioro de sus tierras, el agotamiento de sus acuíferos, la contaminación de sus aguas y la rápida reducción de sus recursos hídricos debido al proceso de urbanización, así como el avance de la desertificación en buena parte del país y graves problemas de polución ambiental. Según el informe WorldWatch Institute, si se mantienen los modelos de desarrollo actuales en China e India, haría falta otro planeta Tierra sólo para sostener a estos dos países.

También como China, la India empieza a actuar. Sus inversiones en renovables la han llevado a convertirse en la cuarta potencia eólica, y sus problemas de escasez y contaminación comienzan a hallar pequeñas soluciones en nuevas formas de almacenamiento y depuración que se fomentan a nivel local. La influencia de CHina e India 'será decisiva pra un futuro saludable y ambientalmente sotenible', añade el informe. Ambos países están demostrando que las 'ideas innovadoras encaminadas a un desarrollo sostenible son capaces' de traer el progreso 'evitando cometer los erroes de las regiones ya industrializadas'. El gran reto de Asia es ingeniárselas pra descubrir nuevas vías que hagan compatible la prosperidad económica y la salud del planeta. Pero no es tarea exclusiva de China y la India, dice el informe, sino que deben participar activamente los países que ya han alcanzado ese grado de desarrollo al que aspira el resto del mundo.

El agua en los dos nuevos gigantes mundiales

China dispone del 8% del agua dulce del planeta para abastecer al 22% de la población mundial. Dos tercios de sus ciudades tienen problemas de agua y muchos acuíferos están contaminados. En China hay ya tanta contaminación orgánica como en EEUU, Japón y la India juntos. Los expertos creen que 700 millones de chinos beben agua sucia, y Shanghai ha extraído tanto líquido de la tierra que el centro de la ciudad se ha hundido 1.7 metros en los últimos 40 años. En la India, sólo se trata el 10% de las aguas residuales, la cuarta parte del agua de riego proviene de acuíferos sobreexplotados y se prevé que para 2050 se doblará la demanda urbana de agua y que la industria se triplicará. Para hacer frente a la escasez de agua, la India está fomentando el riego por goteo y el almacenamiento del agua de lluvia en las viviendas.

Agricultura

Mucha gente y poca tierra. China es el mayor usuario de fertilizantes del mundo. Según el informe del Worldwatch Institute de 2006, cuando el consumo per cápita de grano en China sea similar al de Europa, necesitará el 40% de la actual cosecha mundial. Sin embargo, el aumento de la población y la urbanización están reduciendo drásticamente el terreno cultivable y muchos suelos han quedado erosionados. El 30% de las tierras de cultivo chinas sufren acidificación debido a la contaminación. China pierde ya medio millón de hectáreas anuales de tierra cultivable y se espera que en 2025 habrá perdido el 7% de la superficie agraria del país. El 44% de las tierras chinas y el 50% de las indias sufren algún tipo de erosión. En la India, el 25% de la producción de alimentos depende de la sobreexplotación de aguas subterráneas.

Energía

Cada ciudadano chino e indio consume hoy casi 10 veces menos petróleo y electricidad que un japonés. Para ambos países la principal fuente es el carbón (dos tercios en China y la mitad en India), pero el consumo de petróleo se ha multiplicado por dos en la última década. De hecho, China es ya el segundo consumidor de petróleo y el segundo emisor de carbono mundial, después de EEUU, mientras que India es el cuarto. Ni aunque construyeran 30 centrales nucleares cada uno podrían llegar a producir en 2020 el 2% de la energía total. La alternativa renovable va ganando peso: China es ya líder en instalaciones solares de agua caliente con el 75% de la capacidad mundial y el 10% del agua caliente del país. La India es la cuarta industria eólica del mundo y China va camino de serlo.

Industria

Ambos países tienen uno de los mayores problemas de residuos industriales y electrónicos. Cada año, sólo en China se desechan cuatro millones de ordenadores. Los residuos de la industria electrónica en China, muchas veces generados por empresas extranjeras, liberan grandes cantidades de metales pesados tóxicos como el plomo, el cadmio o el antimonio, nocivos pra el medio ambiente y para la salud humana. La polución industrial también es una de las principales causas de enfermedadesrespiratorias en China y la India debido a la utilización de técnicas industriales obsoltetas. En los últimos 10 años se han clausurado más de 70.000 empresas estatales en China, incluidas plantas químicas muy contaminantes.

Urbanización

El proceso de urbanización en China es el mayor y más rápido de la Historia. Según datos oficiales, las ciudades chinas han crecido a un 10% anual. Entre 1978 y 2004, la población urbana pasó de 170 millones a 540 millones. De momento, son ya 45 las ciudades con más de un millón de habitantes. La india tiene 35 ciudades con más de un millón de habitantes y se prevé que sean 70 en 2026. La expansión de las ciudades está reduciendo el terreno cultivable. Aún así, dos tercios de la población china y de la India viven en zonas rurales.

Contaminación

La mala calidad del aire es uno de los problemas más graves a los que se enfrentan China y la India. Según el Banco Mundial, de las 20 ciudades con mayor contaminación atmosférica del planeta, 16 se encuentran en China, con una de las peores lluvias ácidas del mundo. A su vez, de los tres millones de muertes prematuras que se registran cada año en el mundo por esta causa, el mayor índice se da en las ciudades indias.

Desertificación

La desertificación en China afecta a un 27% de la superficie total, equivalente a csi el 80% de las regiones áridas, semiáreidas y subhúmedas, concentradas principalmente en el norte de China. Esta degradación del suelo se extiende a una velocidad de entre 2.400 y 3.400 km2 al año. Cada vez son más intensas las tormentas de arena que ensucian el aire de las ciudades y llegan hasta Corea del Sur, Japón e incluso Norteamérica. En la India, la desertificación se expande a dos tercios de las regiones áridas, semiáreidas y subhúmedas del país.

Transporte

La industria automovilística es una de las principales apuestas chinas. En 2003 circulaban en el país 24 millones de vehículos frente a los 226 millones de EEUU y se prevé que en 2020 serán entre 110 y 160 millones. ¿ Qué ocurriría si los más de 1.300 millones de chinos condujeran un coche? Los atascos harían absurdo cualquier desplazamiento y las emisiones serían insoportables. Por ello, China fomenta nuevas formas de transporte urbano rápido, la bicicleta eléctrica y los autobuses limpios, sobre todo en las grandes ciudades.

Ganadería

China es el primer productor consumidor de carne y cuenta con la mitad de los cerdos del mundo. Su consumo podría aumentar un 55% en 2020. A su vez, la India es el quinto criador mundial de pollos y huevos, es el primer productor de leche y tiene el 14% de las vacas del planeta. Para alimentar a toda su población, ambos países recurren a modelos intensivos de explotación, muy contaminantes.

Bosques

En China, el bosque cubre un 18.22% de la tierra, muy por debajo de la media mundial del 34%. Para aumentar su masa forestal, el país ha levantado una Gran Muralla Verde que ha incrementado su cubierta forestal en un 15% entre 1980 y 1993. Aún así, el país es el segundo importador de madera del mundo y se cree que el 40% de sus importaciones son de madera ilegal que es luego exportada al G8. En la India, los bosques cubren el 22.8% del territorio y se quiere alcanzar el 33%.

Población

China e India representan el 40% de la humanidad. Mientras se espera que la población china se estabilice, se espera que la india aumente casi un 50% para 2050, superando incluso a su rival asiático. El desarrollo ha logrado reducir en dos tercios en China y en más de la mitad en la India la población en pobreza extrema.

Fuente: Tana Oshima. El Mundo, 10 de junio de 2006


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