1/05/2010 - 17:58h

Los centros de servidores consumen ingentes cantidades de energía

Consumo de energía en internet

Mientras que la nube proviniente del volcán islandés de impronunciable nombre ha estado sólo unos días entre nosotros, para desaparecer despúes, hay otra nube, esta vez invisible, que se hace cada vez más grande por todo el mundo.

La basura digital ha estado creciendo exponencialmente durante la última década a medida que millones de usuarios de todo el mundo hemos comenzado a usar internet diariamente, llenándolo de fotos, emails, vídeos y otras lindezas.

La llegada de servicios qeu permite a los usuarios subir archivos pesados y dejarlos online nos ha conducido a dejar de lado los sistemas de almacenamiento tradicionales, por este orden, disquetes, CDs y DVDs, para alimentar así toda una nueva de ordenadores y servidores que almacenan esta información.

La "nube de ordenadores" se refiere a la infraestructura que hoy en día es predominante, que es un modelo de negocio y donde se ofrece a los usuarios de internet todo tipo de contenido, texto, imágenes, vídeos y software, entre otros. Y se require todo un ejército de servidores funcionando las 24 horas para poder ofrecer todo eso.

En 1999 se decía que la infraestructra de internet ahorraría energía gracias a que se podría vender a los consumidores de forma directa, sin necesidad de mover los bienes hasta las tiendas, lo que ahorraría a su vez emisiones de GEI.

Pero las cosas han resultado ser de otra manera. Cada día generamos más y más datos... se podría decir que es una "huella digital", que requiere de ingentes cantidades de energía para poder existir. Una parte de la huella digital es basura digital, todos esos datos que alguna vez has subido online y que ya no usas.

Casi todo lo que hacemos incrementa nuestra huella de carbono. La empresa antivirus MACAffee informa de que la electricidad necesaria para transmitir los trillones de emails basura que se lanzan cada año es equivalente a la electricidad necesaria para alimentar dos millones de hogares, y produce las mismas emisiones de GEI que las producidas por tres millones de coches.

Según un estudio reciente de Greenpeace llamado Make IT green: Cloud computing and its contribution to climate change, la electricidad cnsumida por la nube de ordenadores a nivel global se incrementerá desde los 632.000 millones de kWh en 2007 a los 1.963.000 millones de kWh en 2020, y las emisiones de CO2 asociadas alcanzarán 1.034 millones de toneladas métricas.

Está claro que no podemos seguir por aquí, y que por fortuna algunas empresas ya se han dado cuenta de la responsabilidad que tienen. Google ha sido de las primeras empresas de internet en tomar medidas para reducir el consumo energético de sus data centers (el lugar donde se encuentran los servidores, o sea, los ordenadores que almacenan los datos). Está promocionando la eficiencia y buscando incrementar el uso de energías renovables. De la misma manera que otras grandes de la informática, Google es miembro de la Climate Savers Computing Initiative.

En Europa, algunos proveedores de internet, como el alemán Strato, han hecho sus cálculos y reconocen que podrían reducir el consumo de energía utilizando ordenadors de bajo consumo , así como sistemas de refrigeración más precisos que utilicen sensores y otros sistemas para reducir la temperatura.

En 2008, Strato comenzó a reducir sus emisiones de CO2 comenzando a comprar sólo energía renovable para sus servidores. Ahora son miembros de la Red Verde, un consorcio de empresas y profesionales IT que quieren aumentar la eficiencia energética de los data centers de todo el mundo.

Y si la reducción de CO2 y el ahorro de energía no es suficiente incentivo para estas empresas para entrar en la iniciativa, no hay duda de que el pico de producción de petróleo y el aumento de los precios de la energía les proporcionará argumentos adicionales.

La solución no pasa sólo por las energías renovables y por el hardware eficiente; los programadores también tienen el reto de programar de forma más "ecológica". Es decir, es necesario programar de forma que el ordenador deba hacer el menor número posible de cálculos, para evitar que consuma más energía.

Otro asunto adicional es de los formatos propietarios, como por ejemplo los pdf. Éstos se encuentran en boga ahora, pero hay otros formatos que ya no se usan, y que ya no se pueden abrir de ninguna manera con los programas más nuevos. Esto también es basura digital.

Es bastante probable que no nos preocupemos mucho de los que les ocurre a nuestros ordenadores viejos, a los móviles que vamos cambiando casi ada año, o a los cartuchos de tinta de la impresora. Pero deberíamos.

Fuente: The Guardian

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