23/04/2010 - 08:03h

El etanol de segunda generación

La técnología básica que se esconde tras el bioetanol está ya más que probada. El alcohol se produce a base de fermentar el azúcar. Pero ahora se han desarrollado múltiples tecnologías que ayudan a que la celulosa se utilice también para la fabricación de etanol.

El bioetanol clásico despertó una oleada de escepticismo, en primer lugar, porque se considera que el uso energético de las plantas entra en conflicto con la alimentación a nivel mundial, dado que el aumento de la demanda conduce a precios más elevados que repercuten sobre los países menos favorecidos. En segundo lugar, se considera que el ahorro de emisiones que conlleva es mínimo debido, fundamentalmente, a que el transporte de la planta desde su lugar de origen hasta la central transformadora y el transporte del etanol hasta los centros consumidores también emiten CO2.
 
Pero utilizar celulosa como materia prima puede hacer que la consideración del etanol cambie radicalmente. La primera ventaja es que se puede aprovechar toda la planta, y no sólo las semillas, como en otros cultivos energéticos. Además, entrarán en consideración otros materiales que hasta ahora no habían sido tenidos en cuenta para la generación de biocombustibles, tales como residuos de la madera, hierba, o papel reciclado.
 
Existen diferentes procedimientos para fabricar etanol a partir de la celulosa
 
Proceso termo-químico
 
La empresa estadounidense Range Fuels se ha decidido por un proceso termoquímico. En él, el primer paso es gasificar la biomasa exponiéndola a elevadas temperaturas y presión. El gas sintético que se obtiene de esta forma, compuesto por monóxido de carbono, dióxido de carbono, hidrógeno y agua, se pasa por un catalizador. El etanol o metanol se sintetiza utilizando el procedimiento Fischer -Tropsch.  La empresa alemana Choren también produce gas sintético a partir de biomasa, pero luego utiliza otros procedimientos para obtener parafinas, que luego se venden como biodiésel.
 
Fermentación
 
Un segundo método para obtener etanol de la celulosa incorpora técnicas de fermentación. Comparado con la fermentación estándard del azúcar, es un proceso mucho más complicado. Una de las opciones es tratar la celulosa con encimas capaces de fragmentar la celulosa en partes más pequeñas.  Otros métodos utilizan ácidos fuertes, como por ejemplo, ácido sulfúrico concentrado. Entonces las levaduras pueden convertir los azúcares en alcohol de forma normal. El ácido puede reutilizarse.
 
Otro método utiliza primero ácidos suaves y vapor para fragmentar parcialmente la celulosa en azúcares, y se finaliza el proceso aplicando las levaduras.
 
Todavía no está claro cuál es la tecnología que pueda tener más peso en el futuro y llegue incluso a superar a las otras; o si es posible que se apliquen varios procedimientos en paralelo, en empresas distintas.
 
Fuente: Wind and Solar Energy, enero 2010
 


 

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