10/01/2008 - 21:11h

El informe Monti recomienda compensar la MAT con renovables

Mario Monti

Mario Monti
En el informe que Mario Monti, coordinador europeo para facilitar la realización de la línea de muy alta tensión entre Francia y España (Sentmenat-Bescanó-Baixàs) presentó ayer, en paralelo a la cumbre franco-española en que todo parecía ya decidido, hace una serie de importantes recomendaciones que creemos que vale la pena recoger.
Situación del proyecto

Si bien el proyecto de interés europeo actual no empezó a estudiarse hasta principios del presente decenio, la percepción de la necesidad de reforzar las interconexiones eléctricas entre Francia y España es ya antigua. Desde principios de los años 90 está prevista la realización de nuevas interconexiones transpirenaicas con el objeto de aumentar la capacidad de los intercambios entre Francia y España. No obstante, en 1996, cuando los estudios sobre un primer proyecto situado entre Aragón y el departamento de los Pirineos Atlánticos estaban ya bastante avanzados, se puso fin a los mismos por decisión ministerial y se presentó en su lugar un nuevo proyecto, situado esta vez en los Pirineos Orientales. Hay que admitir que, desde hace un cuarto de siglo y a excepción de refuerzos puntuales de la red existente efectuados en los últimos años, ninguna nueva interconexión eléctrica entre Francia y España ha visto la luz del día2. En el mismo lapso de tiempo, la demanda de energía eléctrica ha crecido considerablemente en Francia y, sobre todo, en España, donde se ha más que doblado entre 1985 y 2005. De hecho, la relación entre la capacidad máxima de producción y la de intercambio ha pasado a ser de más del 10% en 1982 a algo menos del 3,5% hoy en día, si se considera España solamente, o tan solo del 2,5%, si se considera la totalidad de la Península Ibérica. Contrariamente a la mayoría de los demás países de la Comunidad Europea, España –y de forma más general, la Península Ibérica– presentan de esta forma una capacidad de intercambio con el resto de la red UCTE3 muy modesta y alejada de los objetivos al nivel comunitario4. La Península Ibérica aparece casi como una "isla" separada del resto de la red, lo que la expone a riesgos no despreciables, en particular en materia de seguridad de abastecimiento, y penaliza la expansión de su sistema eléctrico.

Precisamente para hacer frente a este aumento de las necesidades, RTE y REE5, los gestores de las redes eléctricas francesa y española, elaboraron a partir de 2001 un proyecto de línea (400 kV) que conectaba Baixàs, cerca de Perpiñán, con Bescanó, al otro lado de los Pirineos, al sur de Girona. En 2003, la realización de una interconexión eléctrica entre Francia y la Península Ibérica fue declarada "prioritaria" en la nueva decisión sobre las orientaciones relativas a las redes transeuropeas de energía6, sin que no obstante éstas identificaran con exactitud la ubicación de esa interconexión.

Ese mismo año se lanzó en Francia, con arreglo a la denominada ley "Barnier"7, una consulta pública con las poblaciones locales sobre el proyecto de nuevo enlace de muy alta tensión (MAT) entre Francia y España. El proyecto propuesto consistía en una nueva conexión de 400 kV mediante una línea aérea desde Baixàs hasta El Pertús, a través de la llanura del Rosellón. 

Esta consulta pública dio lugar a una gran movilización de los representantes políticos locales que se trasladó a la población y a diversas asociaciones, de tal forma que las conclusiones de la misma, a pesar de su carácter no vinculante, se consideraron demasiado negativas como para permitir la puesta en marcha del proyecto. Fue especialmente sorprendente comprobar que en Francia laoposición al proyecto no proviene solamente de las asociaciones ciudadanas, sino que aglutina a la casi totalidad de los representantes políticos a los niveles local y nacional del departamento de los Pirineos Orientales.

Si exceptuamos el estudio de determinadas variantes solicitado a los gestores de la red como consecuencia de esa consulta pública —variantes por otra parte criticadas por los oponentes– el proyecto está prácticamente paralizado desde hace casi cinco años a pesar de que su importancia estratégica sea reiterada cada año con ocasión de la cumbre franco española8, y de que la nueva decisión relativa a las orientaciones sobre las redes transeuropeas de energía, adoptada en septiembre de 2006, haya confirmado la prioridad que se le otorga al nivel comunitario y haya determinado los puntos inicial y final del proyecto.

Por parte española, la realización del tramo de línea (400 kV) entre Sentmenat y Bescanó está en ejecución. Este tramo representa el primer eslabón de esta nueva interconexión que tiene por finalidad alimentar la región de Girona, relativamente mal conectada con el resto de la red española. No obstante, las poblaciones vecinas (incluidos los representantes locales) se han constituido en colectivos y se oponen al proyecto tal y como está concebido. En cambio, tanto el tejido económico como el Gobierno (la Generalitat) de Cataluña apoyan esta conexión que consideran esencial para sacar a Girona y a su periferia de un aislamiento eléctrico que, a medio plazo, podría lastrar su desarrollo. El tramo que debe conectar Bescanó (cerca de Girona) con Santa Llogaia (a unos 15 km de la frontera francesa) está todavía en fase de estudio y todavía no se han obtenido todas las autorizaciones para su inicio. Este tramo también suscita objeciones, concretamente en relación con su implantación en un medio humano y natural especialmente sensible.

Por último, la definición de la sección transfronteriza que atraviesa los Pirineos todavía es objeto de debate a varios niveles (entre los Estados miembros y los gestores de las redes por una parte, y con las asociaciones opositoras por otra) sin que pueda todavía dibujarse un itinerario preferido.

Constataciones preliminares

A raíz de las reuniones celebradas con los principales interesados, he llegado a la conclusión de que, a pesar de las dificultades a las que debe hacer frente el proyecto, ha sido posible iniciar una dinámica positiva a su alrededor. Las conversaciones que he tenido al máximo nivel, en Francia con la Presidencia de la República y con el Primer Ministro François Fillon, y en España con el Presidente del Gobierno, el Sr. Rodríguez Zapatero, además de los contactos regulares con los dos ministros responsables, los Sres. Clos y Borloo, ponen de manifiesto el compromiso indiscutible de ambos Estados miembros para realizar el proyecto, aunque persistan diferencias significativas sobre la forma de lograrlo.

No obstante, tengo que señalar que, hasta ahora, no se ha tomado la decisión de elaborar un verdadero proyecto común que hubiera podido ir acompañado de una estructura conjunta responsable de llevar a cabo el proyecto. Los Estados han preferido encargar a sus gestores de red el desarrollo de dos proyectos ciertamente coordinados, pero que se han mantenido bien distintos. Este planteamiento, que no permite tener una visión de conjunto, ha podido perjudicar la coherencia misma del proyecto.

No obstante, no puede ignorarse que el proyecto ha sido y sigue siendo contestado tanto en Francia como en España. En ambos países los opositores se han agrupado en asociaciones9 bien estructuradas. Sus representantes me han hecho partícipe de su temor en relación con el proyecto que se deriva del hecho de que varios de sus aspectos esenciales no se han resuelto de forma satisfactoria, lo que determina su oposición. Todo esto se traduce concretamente en:

i) una incomprensión difusa en relación con un proyecto cuya justificación es puesta en duda, en particular al nivel local;

ii) un deseo por parte de las poblaciones locales de disponer de una visión a largo plazo del desarrollo de las interconexiones eléctricas entre los dos países;

iii) una gran preocupación en cuanto al impacto medioambiental y económico de un proyecto de tal envergadura sobre el patrimonio –paisajístico en particular– de los territorios afectados por la construcción de la línea.

A estas tres cuestiones centrales, hay que añadir que en Catalunya una parte de la población discute la forma en que se han desarrollado las consultas y los procedimientos de expropiación de los terrenos necesarios para la realización del primer tramo de la línea Sentmenat-Bescanó en ejecución. Considero por tanto esencial aportar una primera respuesta a estas cuestiones que exigirán de todas formas explicaciones en mayor profundidad por parte de las autoridades competentes.

Justificación del proyecto

La justificación del proyecto es uno de los puntos clave con los que éste tropieza y que exige un esfuerzo especial de comunicación por parte de ambos Estados miembros, así como de los dos gestores de las redes. No cabe descartar que, en fases anteriores, esa comunicación –que no parece haber sido óptima, ni haber estado suficientemente coordinada– haya podido ser el origen de determinadas incomprensiones sobre la finalidad del proyecto que, a falta de respuestas claras, se han transformado posteriormente en oposición al mismo.

Por otra parte, hay que reconocer que más allá de la necesidad manifestada de una nueva interconexión, el grado de interés del proyecto difiere según el punto de vista español o el francés. El interés por el proyecto es ciertamente mayor en España que en Francia, que cuenta con conexiones ya muy desarrolladas con el resto de la red UCTE que le garantizan una mayor capacidad de ayuda –repartida entre varios países– en caso de necesidad. No obstante, sería demasiado simplista pensar que Francia no pueda encontrar en esta interconexión Francia-España más que un interés puramente mercantil: en ocasiones pasadas, las interconexiones eléctricas con España han demostrado muchas veces –especialmente en casos de situaciones climáticas particulares– su utilidad para reforzar la producción doméstica francesa.

España, que considera que esta nueva conexión reviste una importancia estratégica para ella, presenta tres argumentos de peso para justificar la necesidad de una mayor integración de su red en el gran mercado europeo a través de unas interconexiones transpirenaicas más desarrolladas:

i) La seguridad de abastecimiento: el país depende en cerca del 80% de las interconexiones a través de los Pirineos para hacer frente a la eventualidad de una pérdida de una línea eléctrica importante o de un grupo de producción (por ejemplo: una central convencional o una unidad de producción nuclear).

ii) La necesidad de asegurar la estabilidad de su red. El aumento del parque de producción de energías renovables (eólica, hidráulica y solar) cuya producción es muy variable e imprevisible a largo plazo exige más interconexiones para hacer frente a los picos o a los valles de producción. España puede así ser muy excedentaria gracias a su producción eólica en los meses de vientos fuertes y suministrar de esta manera al resto de la red europea energía barata y "limpia", de la misma manera que puede encontrarse –en función de las condiciones atmosféricas– en situación de dependencia de sus vecinos y, en este aspecto, estas interconexiones son necesarias para llevar corriente a España. Las actuales interconexiones están infradimensionadas en relación con las necesidades que pudieran derivarse de una situación de desequilibrio de producción, tanto más por cuanto si el nivel de las conexiones entre Francia y España alcanza los 1.400 MW, en sentido contrario se alcanzan a penas los 300 MW. En este contexto, el aumento de potencia del parque eólico en España –más de 12.000 MW instalados que está previsto doblar a medio plazo- corre el riesgo de verse obstaculizado por la ausencia de una verdadera integración de su red a la escala europea.

iii) La necesidad de sacar a la región de Girona de su aislamiento eléctrico, que expone esta zona, más que cualquier otra de España, al riesgo de cortes de corriente graves.

Por sí solos, estos argumentos de peso justifican la inserción de esta línea entre los proyectos de interés europeo cuya realización ha sido declarada prioritaria.

Por tanto, he pedido a las autoridades competentes en la materia dar profundidad a esta argumentación y aportar respuestas cuantificables a cada una de estas cuestiones (por ejemplo, reducción en % del riesgo de cortes en la región de Girona gracias a la nueva interconexión).

La justificación debe por tanto ser la suma de los elementos que concurren en demostrar que el proyecto –tal como está actualmente definido– responde de la mejor manera posible a las necesidades energéticas de España y Francia, y que es asimismo útil para el funcionamiento del mercado europeo de la energía. Si la justificación parece irrefutable, habrá que encontrar soluciones (que podrían ser un compromiso entre elección del trazado y opciones tecnológicas) que permitan preservar al máximo el territorio afectado por el proyecto.

Necesidad de una visión global

Entre los temas que más han surgido en mis reuniones en Francia, uno recurrente es el de la necesidad de disponer de una visión global de las necesidades en materia de interconexiones eléctricas en los Pirineos. Ese deseo es compartido por las autoridades españolas. Es una petición que está plenamente justificada y no sería razonable aplazar indefinidamente la respuesta a la misma habida cuenta de la probabilidad de que vuelva a surgir en un futuro más o menos cercano. Disponer de una visión estratégica de las necesidades a medio y largo plazo no está en contradicción con el proyecto actual, sino que eso debe permitir validar la prioridad que se ha dado a este eje en relación con otros proyectos que podrían resultar necesarios en el futuro en otras zonas de los Pirineos.

Un proyecto respetuoso con su entorno

Es esta una cuestión central. Los habitantes del departamento de los Pirineos Orientales y de Cataluña están muy orgullosos de su entorno y reivindican –con toda justicia– que sea respetado. No puedo por tanto más que suscribir la voluntad del Ministro de Estado francés, el Sr. BorIoo, de preservar zonas particularmente ricas en patrimonio cultural y paisajístico. Es en efecto imposible hoy en día concebir un proyecto del mismo modo que se hacía veinte o treinta años atrás. Las conclusiones de la Comisión de Debate Público –que tuvo lugar en Francia en 2003– eran muy moderadas habida cuenta del proyecto que se le había sometido. Así pues, ese debate tuvo el mérito de plantear las preguntas a las que es hoy indispensable dar respuesta.

No obstante, también habrá que tener en cuenta los cambios que se han producido durante estos cinco últimos años. La tecnología ha evolucionado notablemente y ha hecho posibles alternativas que no se habrían podido tener en cuenta entonces a falta de la tecnología apropiada o a causa de su coste prohibitivo. Asimismo, el territorio que podría verse afectado por el paso de la interconexión eléctrica ha conocido a ambos lados de los Pirineos trastornos significativos con la construcción de la línea de alta velocidad que debe enlazar Perpiñán con Barcelona. El reto de este proyecto de interconexión eléctrica, excepcional en todos los aspectos (se trata de un proyecto transfronterizo, declarado de interés europeo, que permitirá reducir el aislamiento eléctrico de un gran Estado miembro de la Unión y que atravesará un entorno particularmente delicado desde el punto de vista medioambiental), será conciliar la preservación del territorio y la necesidad imperiosa de realizar esta infraestructura.

En este contexto, antes de tomar cualquier decisión, en particular sobre el trazado, me parece necesario dar respuestas indiscutibles a las siguientes preguntas:

- ¿Constituye una alternativa el refuerzo de una línea existente (Vic-Baixàs, por ejemplo) para aumentar la capacidad de los intercambios entre los dos países, evitando así la construcción de una nueva infraestructura entre el departamento de los Pirineos Orientales y Cataluña?

- ¿Qué opciones tecnológicas posibles hoy en día son al mismo tiempo soportables desde el punto de vista financiero?

- ¿Qué medidas complementarias pueden preverse para hacer más aceptable la realización de esta línea? ¿Se puede, en particular, reestructurar las redes actuales eliminando algunos de los tendidos aéreos existentes?

En cualquier caso, sea cual sea la solución elegida, habida cuenta del carácter excepcional del proyecto, hay que considerar la posibilidad de aplicar opciones técnicas que son hoy todavía excepciones –como el soterramiento parcial de la línea– , en particular ahí donde atraviese un medio natural especialmente delicado.

Recomendaciones

La próxima cumbre francoespañola, prevista para el 10 de enero de 2008, podría así representar la oportunidad para los Estados miembros de expresar de forma concreta su compromiso para encontrar soluciones para la ejecución de este proyecto que sean aceptables para la mayoría.

A este respecto, los dos Estados miembros podrían convenir en crear rápidamente una estructura común, siguiendo el modelo de una comisión intergubernamental (CIG), que se encargaría del desarrollo del proyecto de interconexión por el corredor "Baixàs-Bescanó". 

Esta iniciativa sería un hito decisivo porque significaría que un único proyecto binacional sustituiría dos proyectos nacionales, a veces faltos de coherencia. Esa estructura común12 permitiría gestionar todos los medios disponibles para la realización del proyecto.

La creación de esa estructura común no debe sin embargo considerarse un fin en sí mismo, sino que habría que darle imperativamente un mandato con objetivos concretos y un calendario, pues de lo contrario la estructura no sería más que una cáscara vacía.

La primera de las prioridades que se imponen es la de dar respuestas comunes e inequívocas a las preguntas que han quedado en suspenso durante demasiado tiempo – en particular las indicadas en los capítulos anteriores – y que son en gran medida la causa de la situación actual de bloqueo del proyecto. 

Francia y España deberían por tanto comprometerse a dar respuesta a todos esos interrogantes de aquí a finales del mes de junio de 2008.

Ello exigirá sin ninguna duda completar los estudios ya existentes, en particular sobre aspectos técnicos, medioambientales y financieros. 

La estructura única de que se trata podría ser de carácter técnico, como una Agrupación Europea de Interés Económico, que se encargaría de garantizar la coherencia de esos estudios.

Por otra parte, convendría asimismo dar a esa comisión el mandato de reflexionar sobre posibles mecanismos complementarios del proyecto destinados a compensar de alguna manera la "pérdida del disfrute" de una parte del territorio a causa del paso de la línea de alta tensión. 

Si bien en mis reuniones se trató ampliamente del aspecto de las compensaciones económicas indirectas, la posibilidad de que la interconexión genere resultados positivos de carácter financiero para el territorio afectado, que no obtendría ningún beneficio directo del proyecto, no se planteó en ningún momento. Tal es el caso de la llanura del Rosellón. 

Creo por tanto que sería útil buscar los medios existentes para que una parte de los beneficios de la explotación de esa interconexión de alta tensión puedan recaudarse mediante una especie de euroviñeta13 que grave los intercambios de energía y que esos fondos se dediquen específicamente al desarrollo de proyectos de ámbito local o regional, en particular en el campo de las energías renovables. [Aunque el legislador francés o español hayan ya podido prever este tipo de mecanismo, se podría considerar el desarrollo de un mecanismo específicamente dedicado a los proyectos transfronterizos que sirviese para compensar económicamente a los territorios afectados por la construcción de este tipo de infraestructuras de las que no obtienen ningún beneficio directo.]

Las diferentes medidas propuestas pretenden, por una parte, recrear un clima de confianza con todas las partes afectadas por el proyecto dando respuesta a sus expectativas y, por otra, dotarse de los medios adecuados para ejecutar esta importante conexión.

Este primer informe de situación es ciertamente incompleto, pero en cambio sí lo bastante concreto en relación con varias medidas o actuaciones que el coordinador considera necesario ejecutar cuanto antes para garantizar el futuro del proyecto de interconexión entre Francia y España. Este informe se tendrá que completar y actualizar a la luz de los compromisos efectivos adquiridos por Francia y España en la próxima cumbre bilateral de 10 de enero de 2008.

Fuente:

El informe de Mario Monti sobre la interconexión Francia-España.
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