10/08/2009 - 09:00h

Greenpeace publica las marcas que no usan transgénicos

Empresas como Bimbo o Hero garantian a Greenpeace que no venden transgénicos; por el contrario, Nestlé o Unilever no han dado las garantías suficientes para figurar en la lista verde
Greenpeace presenta hoy una nueva actualización de la Guía Roja y Verde de Alimentos Transgénicos, disponible a través de la página web de Greenpeace (1). Varias empresas que figuraban en la lista roja han entregado a la organización la documentación necesaria que garantiza que no emplean ingredientes transgénicos en sus productos.  Bimbo/Martínez (panadería, bollería), VirginiasHero (mermeladas, zumos, alimentos infantiles), que habían permanecido en la lista roja por no poner a disposición de la organización los documentos requeridos, pasan ahora al listado verde.

Sin embargo, a pesar de que, teniendo en cuenta el rechazo social, la inmensa mayoría de los fabricantes ha decido abandonar estos peligrosos ingredientes, existen todavía empresas que no ofrecen a Greenpeace las suficientes garantías de ausencia de transgénicos en sus productos, como Nestlé (Nestlé, Numil) o Unilever (Knorr, Ligeresa, Tulipán, Flora, Frigo, etc). Greenpeace, atendiendo a la realidad de los mercados y del comecio internacional de materias primas, considera que es perfectamente posible para una gran empresa rechazar los transgénicos, como lo siguen haciendo Kraft Foods (Kraft, Côte D'Ord, Milka, Toblerone, Oreo, Artiach), Santiveri, Coca Cola o Heineken.

Además, las investigaciones de los Observadores de Transgénicos de Greenpeace han llevado a descubrir nuevos productos en cuya etiqueta figura que emplean transgénicos, como por ejemplo, Bizcochón PIT, Salsas VéGé, Lecitina Natur Tierra, Salsas Tre,MariCarmen, Bollería Mar Terra o Panadería Tradicional. Estos etiquetados aparecen en la guía con un icono específico y se pueden encontrar las fotos de sus etiquetas en una sección específica de la página de Greenpeace (2).

"A pesar del rechazo de los consumidores por los alimentos transgénicos y de los demostrados riesgos que estos cultivos suponen para el medio ambiente, la salud y la economía, algunas empresas siguen sin querer garantizar que no utilizan este tipo de ingredientes", ha declarado Juan-Felipe Carrasco, responsable de la campaña de Transgénicos de Greenpeace. "Es perfectamente posible optar por los ingredientes no transgénicos. Mientras empresas como Hero producen alimentos infantiles libres de transgénicos, es grave que Nestlé o Unilever prefieran mantener una sospechosa política de opacidad en lo relativo a las materias primas empleadas", ha añadido.

El Gobierno tolera que en España se sigan cultivando 80.000 hectáreas de MON 810, el mismo maíz transgénico que han prohibido seis países de la UE. "El Ejecutivo español  sigue situándose en el campo de los que favorecen a las cuatro empresas agrobiotecnológicas que pretenden inundarnos de 'alimentos Frankestein', despreciando la salud de los ciudadanos y la protección del medio ambiente", ha afirmado Carrasco.

La autorización por diez años para el cultivo del MON 810 ha caducado y la UE debe tomar una decisión sobre su reautorización. En ese contexto, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria  (EFSA en sus siglas en inglés) emitió a finales de junio su dictamen, según el cual el MON 810 es seguro (2). Sin embargo, el análisis científico de este dictamen, realizado por encargo Greenpeace y Amigos de la Tierra, revela errores y omisiones graves en el documento de la EFSA y pone en duda las conclusiones de este organismo (3).

Cuando un consumidor consulta al fabricante de un alimento, se encuentra con que la empresa le contesta que cumple la legislación; sin embargo eso no significa que ese consumidor deje de consumir transgénicos. En España no se han desarrollado los mecanismos de trazabilidad a los que obliga la legislación Europea y por ello no es fiable el hecho de que en la etiqueta de un alimento no figuren ingredientes transgénicos. Además, se permite la presencia de hasta 0,9% de transgénicos sin obligación de etiquetado. Este es el caso, por ejemplo, de Unilever, quien contesta que cumple la legislación pero no garantiza a Greenpeace la no utilización de transgénicos.

Además los derivados animales escapan en la UE a dicho etiquetado, por lo que el 80% de los transgénicos se incorporan a la cadena alimentaria sin que los ciudadanos sean conscientes de ello. Además los transgénicos se cultivan sin las mínimas garantías de seguridad. Los Ministerios de Medio Ambiente, Rural y Marino y de Ciencia e Innovación, en lugar de defender los intereses de los ciudadanos, se han decantado claramente por los de las transnacionales del sector, poniendo en grave peligro el presente y el futuro de la biodiversidad y de la alimentación.

"En este contexto político, las reacciones de las empresas que deciden estar en la lista verde son un paso fundamental para los ciudadanos españoles, quienes disponen ahora de un mayor número de productos que pueden consumir sin temor a estar ingiriendo derivados de cosechas transgénicas", ha concluido Carrasco.
 
 
Fuente: Greenpeace
 
 
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