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Un grupo de científicos afirma haber descubierto un nuevo compuesto químico capaz de capturar el dióxido de carbono procedente de las centrales eléctricas por medio de una técnica generalmente utilizada en la industria farmacéutica. El material, similar a una esponja y llamado ZIF-69, fijaría 60 veces su volumen en dióxido de carbono, un gas de efecto invernadero, primer responsable del cambio climático.

 

 

 

El compuesto se descubrió (entre otros venticuatro del mismo tipo), utilizando lo que se llama el cernido de gran rendimiento, una técnica en masa paralela utilizada para probar los productos químicos.

La nueva molécula podría utilizarse para capturar el dióxido de carbono producido por las centrales eléctricas cuando queman carbón, gas o biomasa.

"Estamos alterando el medio ambiente de manera irreversible y debe hacerse algo, o no podríamos tener tiempo de emprender cualquier cosa a este respecto", declaró Omar Yaghi, profesor de Química en la UCLA (Universidad de California en Los Ángeles), y autor principal del documento. "Si podemos capturar el dióxido de carbono nos dirigimos hacia un medio ambiente más limpio."

Y el químico prosigue: "Capturar el dióxido de carbono requiere que se pueda escoger esta molécula de CO2 entre otras partículas. Sin embargo, hace falta mucho calor para atrapar las partículas de dióxido de carbono. El calor requiere de la energía y la energía cuesta dinero. Hacer más eficaz la captura del carbono podría reducir el coste del proceso y convertir los combustibles fósiles (carbón) en más limpios".

Un escrito del profesor Yaghi publicado en línea en la revista Science, describe las propiedades de un material de captura del dióxido de carbono. Define también un nuevo proceso para la creación de materiales con propiedades que los científicos quieren ver desarrollarse con una rapidez sin precedentes.

Franklin Orr, profesor de Ciencias de la Tierra en la Universidad de Stanford, precisa que la captura del dióxido de carbono es una de las principales partes del rompecabezas para la fabricación de combustibles fósiles "más limpios" que abastecen las centrales.

Pero la captura y el secuestro del carbono son métodos que requieren varias etapas. Una vez que el dióxido de carbono se captura, debe almacenarse. Actualmente, los ingenieros prevén inyectar el CO2 en el suelo, en un proceso conocido bajo el nombre de "secuestro geológico". Las críticas afirman que esta estrategia requerirá una vigilancia constante de estanqueidad y tendría un muy alto nivel de riesgo.

Greenpeace ya ha reaccionado a este descubrimiento: "Nos oponemos a la fijación del carbono del carbón", declara Daniel Kessler, uno de las portavoces de la ONG. "La realidad es que las tecnologías van a requerir miles millones de dólares de inversión. Si seguimos así, eso se hará en detrimento de las energías renovables."

 

Fuente: Science.