Un viejo chiste israelí describe cómo Dios guió a Moisés a través del desierto hasta la Tierra Santa durante 40 años, a través de todos los peligros imaginables, sólo para conducirle al único punto de Oriente Medio donde no hay una gota de petróleo. 2.000 años después, las cosas siguen igual. Israel tiene que importar el 99% de los combustibles fósiles que consume. Ahora mismo, menos del 1% del mix energético de este país es proporcionado por las energías renovables; pero el gobierno quiere cambiar esto drásticamente durante los próximos años.
En línea con la tendencia global, Israel ha experimentado un reciente surgimiento de nuevas empresas en este campo, incluyendo iniciativas comerciales y académicas. El Ministerio de Infraestructuras Nacionales recientemente anunció que se producirá un 10% de la electricidad a partir de energías renovables en 2020. Alcanzar este objetivo de 2.000 MW requiere de la construcción de grandes plantas solares y eólicas así como del uso generalizado de pequeños sistemas fotovoltaicos y de biomasa. Para lograrlo, se ofrecen ayudas económicas, beneficios fiscales y programas de ayuda a la formación laboral.
Bien conocidos por el elevado nivel educativo de su mano de obra, Israel ha invertido aproximadamente el 4,7% de su PIB en I+D, uno de los porcentajes más elevados del mundo. Así, es lógico que también cuente con una de las más altas proporciones de científicos e ingenieros en su población. Por último, el país es la segunda nación con más empresas en el NASDAQ, después de EEUU.
A pesar de su pequeño tamaño, Israel ofrece una gran variedad de climas, que van desde el clima desértico del Sur hasta el europeo en el norte. Debido a esta combinación de altas tasas de ingenieros y clima variado, podrá trabajar así mismo sobre variadas fuentes de energía y probarlas dentro de su territorio.
A pesar de usarlas poco en su territorio, de hecho varias innovaciones del campo renovable han sido llevadas a cabo dentro de sus fronteras, debido precisamente al alto nivel científico. Y es de suponer que las innovaciones que desarrollen durante los próximos años se expandan a nivel mundial.
Actualmente el 43% de todas las compañías renovables israelís se dedican a la energía solar, lo cual no es de extrañar; les siguen los biocombustibles, con un 24% y tras ellos va la energía eólica, con un 8%. Otras empresas se dedican a la geotermia, almacenamiento de energía, células de combustible y energía hidroeléctrica.
No faltan inversores interesados, dado que a las renovables se las considera un caballo ganador: existe una buena base tecnológica, investigación científica avanzada y el espíritu del tiempo es ecológico. Hay mucha experiencia regional en software, electrónica, óptica, semiconductores y ciencia de la materia. Esta experiencia puede suponer la base de la investigación israelí en una variedad de mercados renovables. -Lo bonito es que algunos campos HighTech comparten ciertas similitudes con la tecnología utilizada en las energías renovables, por lo que es fácil para los profesionales israelís aplicar su know-how a nuevos campos, afirma Eyal Abramovitch, director de marketing de D&A.
El uso más extendido de la energía solar es el calentamiento del agua doméstica. En los años 80, Israel fue la primera nación en legislar el uso de energía solar para el calentamiento de agua y es el líder mundial en uso per cápita de esta renovable, con un 80% de los hogares usando este recurso.
Los grandes proyectos solares ya planeados para Israel son los siguientes:
- Un proyecto solar de 250 MW cerca de Ashalim, en el oeste del desierto de Negerev, uno de los más grandes del mundo. Este proyecto consiste en la creación de dos plantas termosolares que tendrán cada una entre 80 y 125 MW y producirán el 2% de la electricidad consumida en Israel. Una tercera planta tendrá 15 MW ampliables a otros 15 MW, con lo que alcanzaría la potencia total de 30 MW. El coste total de este megaproyecto superará los 650 millones de dólares y se espera que ya estén operativas en 2011.; la empresa española Abengoa participa como inversor.
- Otro proyecto de 200 MW cerca de Timna, en el sur de desierto de Negev. En este caso la iniciativa se estructura en forma de dos plantas de 50 MW cada una, aparte de otros proyectos más pequeños. Con este proyecto se espera alcanzar la independencia energética en el desierto de Negev; aquí se aplicarán las últimas técnicas disponibles en generación de electricidad mediante energía solar.
En cuanto a la energía eólica, según el Ministerio israelí de Protección medioambiental, Israel tiene un potenica de 600 MW de energía eólica, y ya existe un proyecto eólico de 80 MW. Ahora mismo ya hay un parque eólico de 6 MW en los Altos del Golá, que ahora mismo se está ampliando a 12,5 MW.
Según Zahal Harel, fundador de este parque eólico, -el potencial eólico en Israel es cuatro veces mayor que lo estimado por el ministerio. Ahora mismo no se dispone de mapas eólicos fiables, y creemos que los cálculos son erróneos. Pero incluso aunque la potencia real sea de 600 MW, aún queda mucho por hacer en la eólica israelí.