Poner la lavadora o el lavavajillas de noche, si se contrata la tarifa nocturna de electricidad, puede suponer un descuento de hasta el 55%. Pero en pocos meses ya no será posible aprovecharse de esta ventaja, ya que la tarifa 2.0N (conocida como tarifa nocturna) desaparecerá definitivamente el día 1 de julio de 2008. La 2.0N podía aplicarse a cualquier cliente en baja tensión cuya potencia contratada no excediese de 15 kW, siempre que contara con el equipo adecuado.
Esta tarifa se introdujo en España en 1983, con un descuento inicial del 35%, pero llegó a alcanzar el 55% con un pequeño recargo del 3% para el consumo diurno. Entre los años 80 y 90 se llevó a cabo una intensa campaña institucional para promocionar su uso e instalar los acumuladores necesarios para tal fin, una inversión que se vería recompensada con el descuento en la factura. Sin embargo, desde 2007 no se pueden realizar nuevas altas, y en pocos meses será sustituida por la tarifa por discriminación horaria, que supondrá un número mayor de horas a precio más bajo (lo que se conoce como "las horas valle"), pero con un porcentaje de descuento menor.
La tarifa nocturna era, hasta ahora, una modalidad de contrato de suministro eléctrico en el que se primaba con un precio sustancialmente menor el consumo eléctrico realizado por la noche. La potencia contratada era la correspondiente a las horas diurnas, y en las horas nocturnas, cuando funcionan los sistemas de acumulación, los usuarios podían disponer de la máxima potencia sin sobrecoste alguno. Creada en España en 1983, la antigua tarifa nocturna ha sufrido modificaciones por los decretos que regulaban la tarifa eléctrica, como el Real Decreto 1634/2006, 29 de diciembre y el posterior 871/2007, de 29 de junio. En este último, la Disposición transitoria primera (Adaptación de la tarifa 2.0 con discriminación horaria nocturna) establece en su primer apartado que a partir del 1 de julio de 2008 desaparece la tarifa 2.0 con discriminación horaria nocturna. En su lugar se introducen las nuevas tarifas de discriminación horaria, dirigidas a un número mayor de clientes.
Esta tarifa con discriminación horaria se ha planteado como otra vía para incentivar el consumo nocturno. En la nueva propuesta hay más horas de uso de electricidad con descuento (horas valle), pero éste es menor. A ello hay que sumar que la penalización diurna se incrementa.
Un millón de afectados
La eliminación de esta tarifa supondrá un fuerte impacto sobre la factura de la luz -que podría llegar a ser del 40%- debido a los cambios de potencia que se deben realizar. Por ello, ya se han interpuesto denuncias ante el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio para tratar de evitar su desaparición. Así a las protestas formuladas por diversos particulares a nivel individual y las de varias asociaciones de consumidores, se ha unido la denuncia formulada desde la asociación que reúne a las fabricantes e importadores de acumuladores eléctricos para calefacción (Ficae), desde donde se asegura que la medida podría resultar anticonstitucional por generar agravios intolerables. Además, existe la agravante de que los usuarios que contrataron hace años la tarifa nocturna, lo hicieron a petición del Gobierno, para fomentar el consumo responsable durante la noche y evitar horas de posible colapso en la red.
Tanto Ficae como Anecyc (Asociación Nacional de Empresas de Climatización y Confort) habían solicitado que se tomaran medidas para paliar el durísimo impacto económico que sufrirán ante su obligatorio paso a la Tarifa de Discriminación Horaria (TDH). Ficae asegura que los últimos cambios legislativos puestos en marcha en relación con las tarifas eléctricas afectan directamente a más de un millón de usuarios de la antigua tarifa nocturna y a más de 6.500 familias que dependen del negocio de la acumulación eléctrica. Con la antigua tarifa se trasladaba al horario nocturno parte del consumo diario y se daba salida a los excedentes de energía producida durante la noche, lo que animó a muchos usuarios a adquirir acumuladores, consumidores que ahora se verán muy afectados al ver cómo su inversión queda inutilizada.
Las asociaciones Ficae y Anecyc solicitaron, además, la eliminación de la obligación de contratar la máxima potencia (obligación vigente desde hace tan sólo unos días, desde el 1 de enero del año en curso), la reducción del diferencial del precio del kWh en las horas punta de la nueva tarifa de discriminación horaria respecto a la doméstica (del 35% al 10%), y la desaparición de los costes adicionales para las posibles ampliaciones de potencia.
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