News Soliclima 23/11/2006 - 20:19h
|
La FAO recomienda el uso para riego de aguas residuales tratadas debido a las diferentes ventajas que presenta. Esquema de una intalación.
Mediante el sistema AquaChamp no es necesario sustituir la fosa por una depuradora, pues todos los dispositivos necesarios para la depuración se encuentran dentro de una carcasa monobloque poco mayor que una mochila escolar, adaptable a cualquier fosa séptica, con el consiguiente ahorro de costes.
En ocho horas, la instalación obtiene un 99% de limpieza del agua tratada, gracias al sistema de depuración biológica, siendo perfectamente factible utilizarla para usos en los que no se requiere agua potable, como regar el jardín.
La tecnología de AquaChamp es alemana, y su empresa fabricante dispone de un departamento propio de investigación, que colabora con las universidades de mayor renombre, entre ellas la Universidad de Ciencias Aplicadas de Bochum. Cada uno de los aparatos es sometido a controles de calidad sistemáticos antes de ser puestos en el mercado. Algunas de sus características:
Primera cámara
Segunda cámara
Tercera cámara
Aquí se produce el tratamiento biológico propiamente dicho, mediante la activación de fangos, que se produce en tres fases.
Los componentes que se requieren para el tratamiento biológico (inyector de aire y bombas) se han dispuesto dentro de una carcasa, de tal forma que la instalación se compone de una unidad llamada Aqua-Champ® -poco más grande que una mochila-que se coloca en la fosa séptica. En caso de que su fosa no cumpla con el DIN 4034, nosotros mismos le podemos proporcionar un depósito de esas características.
La FAO asegura que este tipo de riego tiene una potencialidad enorme, y asegura que, al contrario de lo que pueda parecer, el uso de este tipo de aguas no conlleva peligros de salud pública, siempre y cuando sean convenientemente tratadas -tal y como lo son con nuestros sistemas de depuración-, puesto que sólo se mantienen en el agua elementos minerales que son fertilizantes naturales, tales como nitrógeno, fósforo y potasio. Una ventaja adicional para el medio ambiente es que, al ser absorbidos por estas plantas, se evitarán los problemas que conllevan estas concentraciones de minerales cuando son vertidos indiscriminadamente en ríos y mares (proliferación de algas y desaparición de especies sensibles).