News Soliclima 25/07/2005 - 18:33h
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Las placas térmicas Sonnenkraft generan no sólo agua caliente para el uso doméstico; también pueden ser aprovechadas para generar calor para la calefacción. Combinar su capacidad con una caldera de alto rendimiento asegura considerables ahorros anuales de combustible.
La energía solar térmica puede generar agua caliente de uso doméstico y servir de apoyo a la calefacción del edificio, pudiendo ser estos dos usos simultáneos o no.
Decidirse por una solución de este tipo no implica, desafortunadamente, volverse independiente de forma definitiva de las fuentes convencionales de energía fósil, pues es necesario disponer de un sistema auxiliar -generalmente caldera- que se encargue de elevar el agua hasta la temperatura deseada en caso de que la energía solar no alcance la potencia requerida, lo que ocurre generalmente en invierno o bajo condiciones metereológicas adversas.
El resto del tiempo, la privilegiada situación del estado español dentro de Europa, en su parte más meridional y con una elevada cantidad de radiación solar gran parte del año, permite aprovechar la capacidad de irradiación solar de forma impensable en países más septentrionales de Europa, como Alemania, donde a pesar de su clima, tienen un número de instalaciones 10 veces mayor que nosotros.
Las placas térmicas Sonnenkraft generan no sólo agua caliente para el uso doméstico; también pueden ser aprovechadas para generar calor para la calefacción. Combinar su capacidad con una caldera de alto rendimiento asegura considerables ahorros anuales de combustible.
Además de los colectores solares, y el equipo auxiliar, son necesarios otro tipo de elementos para garantizar el correcto funcionamiento de todo el equipo: un depósito de agua llamado acumulador, una bomba hidraúlica que ponga en marcha los circuitos hidráulicos, un sistema auxiliar productor de calor, -generalmente una caldera-, y finalmente, un sistema de control.
La forma de funcionamiento es la siguiente: un circuito hidráulico cerrado que contiene un líquido especial atraviesa unas placas solares denominadas colectores, que se encuentran especialmente preparadas para almacenar el calor del Sol. Este líquido absorve el calor y es conducido hasta el acumulador, donde la tubería por la que circula adquiere forma de serpentín. Dentro de este acumulador, y en contacto directo con el tubo serpentín, pero sin mezclarse con el líquido del interior, se encuentra el agua que posteriormente vamos a usar para grifos, ducha o calefacción. Cuando el agua no ha alcanzado la temperatura necesaria, el sistema de control pone en marcha el equipo auxiliar y éste se encarga de proporcionar el calor complementario.
A la hora de realizar una instalación de este tipo es necesario tener en cuenta diversos factores, como son la orientación del tejado, que debe estar dirigida directamente hacia el sur -Azimut 0-, la existencia de edificios, árboles, montañas u otro tipo de grandes objetos cercanos que puedan hacer sombra sobre las placas, lo que reduciría drásticamente su efectividad; la disponibilidad de la superficie necesaria para colocar el número suficiente de placas, las medidas de la sala de máquinas, y otro tipo de detalles técnicos. Por todos estos motivos, no todas las empresas estan realmente cualificadas para realizar un proyecto que podemos calificar de ingeniería.