News Soliclima 2/09/2005 - 18:29h
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La industria del automóvil se está preparando para vivir una revolución energética. Falta hace porque los impactos ambientales en el transporte -contaminación, CO2 ruido, ocupación del espacio -son de momento tan incontrolables como el agua en una cesta. Modelos híbridos, con tecnología flex-fuel, con pila de combustible... los coches que necesitamos empiezan a llamar a la puerta. Tímidamente, por el momento. Pero algún día te sentarás al volante de una de esas máquinas. Seguro.
Si crees que la gasolina y el gasóleo están caros, espera unos meses y los precios de hoy te resultarán baratos. Es lo que toca: el petróleo es cada vez más escaso, más caro y de peor calidad. Diariamente se consumen 83.7 millones de barriles y, si no se invierte la tendencia, en 2020 se quemarán 112 millones de barriles diarios. En sí, esta cifras dicen poco, pero si tenemos en cuenta que ahora, en un año, se consume cuatro veces más petróleo del que se encuentra, es fácil entender por qué no hay experto que no vaticine que una gran crisis energética se avecina.
La consigna es reducir el consumo de hidrocarburos mientras se desarrolla lo que se ha venido en llamar 'economía del hidrógeno', en la que las mentes preclaras tienen puestas las esperanzas energéticas del mañana. No debemos olvidar que el hidrógeno no es en sí una fuente de energía, sino un vector energético. Es decir, para conseguir que el hidrógeno libere energía es preciso emplear energía. Mientras se solucionen los problemas técnicos, se crean las infraestructuras y se define con qué tipo de energías produciremos el hidrógeno, la industria ofrece propuestas encaminadas a retardar la crisis energética y aventurar la nueva era.
Un vehículo híbrido es aquel que combina dos motores; uno eléctrico y otro de explosión. Ambos se encargan de mover el vehículo, pero cada uno entra en funcionamiento dependiendo de las circunstancias. Generalmente, es la mecánica eléctrica la que se ocupa de poner el coche en marcha, de modo que el motor de gasolina sólo actúa como apoyo de éste. El motor eléctrico no necesita enchufarse a la red. 'Chupa' de las baterías que se recargan mediante el motor de gasolina, durante las deceleraciones, o frenando y recuperando energia cinética. Lo que supone una reducción considerable en el consumo de combustible y emisión de gases contaminantes.
Uno de estos sistemas es el vehículo híbrido, en el cual se combina un motor convencional con un motor eléctrico. El funcionamiento consiste fundamentalmente en que el motor eléctrico transforma la la energía cinética en electricidad, acumulándola en una batería que alimenta el motor eléctrico cuando resulta necesario su apoyo, lo cual aporta una mayor potencia al coche.
La gran ventaja de este tipo de automóviles es que en velocidades bajas, funciona únicamente mediante el motor eléctrico, siendo el ruido mínimo y la emisión de gases nula, por lo cual este tipo de sistema se perfila como el más óptimo para la circulación por zonas urbanas.
Su conducción es convencional, y no se perciben diferencias, más que en el consumo y en la construcción interna del vehículo. Ante las actuales subidas de precio del crudo, se prevee una rápida amortización, ya que su precio es sólo ligeramente superior a los diésel.
Existen varios modelos en el mercado, destacando a Toyota y Honda como los pioneros a nivel comercial, pero día a día son más las marcas que se apuntan al carro de los híbridos.
Puesta en marcha
El automóvil se pone en marcha únicamente mediante el motor eléctrico; es silencioso y no se emiten gases de combustión.
Conducción
Cuando el vehículo alcanza los 25 ó 30 km./ h, el motor eléctrico llega a su límite y el sistema enciende automáticamente el motor de combustión, con el cual se funciona mientras no se rebaje esa velocidad. Por este motivo, este tipo de vehículo es especialmente indicado para su uso en ciudad, dada la reducción de humos y ruido.
Frenado
El motor electrico aprovecha la energia cinetica del frenado o de las subidas de cuestas, que normalmente se desperdicia en forma de calor a traves de los neumaticos, convirtiendola en electricidad y almacenandola en la bateria.
Aceleración
Al alcanzar altas velocidades, por ejemplo durante los adelantamientos, el motor eléctrico entra en juego de nuevo, complementando y aumentando la potencia proporcionada por el motor convencional, con lo cual aumenta la seguridad de la conducción.
Paradas frecuentes
Ante un semáforo en rojo, ambos motores se encuentran apagados, y sólo en el momento de pisar de nuevo el acelerador salta de nuevo el motor eléctrico, hasta el momento en que se sobrepase su capacidad, lo que ocurre a una velocidad de 25 ´30 km. / h., y se haga necesario activar de nuevo el motor de combustión.
Conducción en carretera
Durante trayectos por carretera convencional, la batería se recarga aprovechando el movimiento de las ruedas del coche.
La capacidad de este sistema de funcionar únicamente con el motor eléctrico en bajas velocidades, y el hecho de que recupere energía durante los frenados, lo hacen especialmente indicado para su uso en ciudad. A esto hay que añadirle la ventaja de la reducción de ruidos y gases, y el hecho de que disminuya el envejecimiento del motor convencional.
La tecnología flexi-fuel no es otra cosa que una serie de modificaciones mecánicas, con respecto a los motores de gasolina convencional, cuyo resultado es la posibilidad de emplear cualquier mezcla de gasolina y bioetanol en proporciones de hasta el 85% de carburante biológico. Algunos modelos pueden utilizar indistintamente gasolina, hidrógeno o bioetanol en un motor de explosión.