News Soliclima 4/07/2006 - 20:07h
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Aquí les presentamos la lista de opciones a los derivados del petróleo según el periódico 'El Mundo'.
Hace casi cien años que se plantea esta posibilidad. El problema es que, desde el punto de vista medioambiental, los coches eléctricos resolverían un problema pero crearían otro.
Qué son
Son una realidad en muchas ciudades. Unas baterías recargables almacenan la energía que alimenta el motor electrico, que después transmite la energía a los ejes. No se diferencian exteriormente de los convencionales salvo en detalles como el indicador de combustible o la boca del depósito, preparada para un enchufe en vez de una manguera.
Ventajas
No contaminan con gases, partículas o CO2. Además, a diferencia de la mayor parte de los vahículos con mecánicas de combustión interna, los motores eléctricos aprovechan el 80 ó 90% de la energía disponible almacenada, aunque luego esta eficiencia se sitúe por debajo de los niveles de los motores convencionales a causa de los transmisores. Por último, los vehículos eléctricos son totalmente silenciosos, lo que excepto para los amantes de los motores rugientes, es sorprendentemente agradable.
Inconvenientes
El gran problema de producir vehículos eléctricos en masa sería cómo alimentarlos. La generación de electricidad para abastecer a millones de automóviles obligaría a recurrir a métodos muy contaminantes como el carbón o fuentes cuya sola mención pone los pelos de punta a los defensores del medio ambiente, como es la energía nuclear. Además, las baterías actuales no permiten recorrer largas distancias a velocidades razonables, por lo que el ámbito de estos vehículos es la ciudad, lo que no deja de ser poco.
Pocas fuentes de energía suscitan tanta esperanza y unanimidad entre los fabricantes de automóviles como el hidrógeno. La pila de combustible seria la tecnología que lo aprovecharía. "Es el futuro", aseguran. Pero pasa el tiempo y el futuro se mantiene como lo que siempre es, inalcanzable.
Qué son
El hidrógeno es un gas que se encuentra en la naturaleza y que además puede ser producido por medios artificiales. Para aplicarlo como fuente de energía al automóvil, los científicos han desarrollado una tecnología denominada pila de combustible, capaz de convertir el hidrógeno almacenado en un depósito en electricidad que alimentaría un motor eléctrico. El nombre responde a que todo el sistema funciona como una batería o gran pila que no se agota mientras tenga combustible (hidrógeno) con el que seguir generando electricidad. Fabricantes como DaimlerChrysler, Honda, BMW o la coreana Hyundai, entre otros, han puesto en circulación vehículos de este tipo silenciosos y que pueden contar con potencias cercanas a 280 caballos.
Ventajas
La mayor virtud del hidrógeno es que, además de poseer uno de los mayores índices de contenido energético por masa, aplicado a turismos, autobuses y camiones da lugar a una movilidad limpia. No hay malos humos ni gases contaminantes. Sólo vapor de agua como resultado del proceso de electrolísis que transforma el hidrógeno en electricidad. Para quienes no se desaniman con las limitaciones del presente y se fijan más en las posibilidades del futuro, el hidrógeno producido a partir de fuentes de energía renovables cerraría un círculo virtuoso: acabaría con la dependencia occidental de los países productores del petróleo y evitaría la emisión de gases que provocan el cambio climático y deterioran la atmósfera. Al margen de cuestiones técnicas y desde un punto de vista más pragmático, el hidrógeno cuenta por el momento con otra ventaja nada desdeñable y es la práctica unanimidad de la industria del automóvil en que es la energía que moverá los coches del futuro. Cuando las grandes compañías de un sector se ponen de acuerdo en alcanzar un objetivo, hay bastantes probabilidades de que lo consigan. Los gurús más optimistas hablan de coches de hidrógeno fabricados en serie para 2020.
Inconvenientes
Como en el caso de la electricidad, cuando llega el momento de hacer números y calcular los costes económicos y medioambientales de extender el hidrógeno y la pila de combustible a los casi 60 millones de vehículos que se venden cada año en el mundo, el proyecto se desmorona.
Las fuentes actuales de producción capaces de generar suficiente hidrógeno para abastecer automóviles tienen origen fósil, como son los hidrocarburos el carbón o el gas natural, con lo que hoy por hoy resulta más práctico acudir al petróleo. Además, para que los conductores pudieran emplear el hidrógeno del mismo modo que hoy usan la gasolina, habría que desarrollar tecnologías capaces de licuarlo o comprimirlo. Sólo así podría transportarse a través de una red logística y para llenar los depósitos de los coches. Por otro lado, el tamaño, el peso y los costes de los componentes que actualmente conforman un sistema de pila de combustible impide comercializarlo de forma masiva.
Las investigaciones actuales se inclinan hacia el uso de energías renovables para conseguir el hidrógeno necesario.
En resumen, los costes de crear una nueva energía que mueva el mundo son inasumibles y por el momento, el hidrógeno es el combustible del futuro más que del presente.
Emplean electricidad y gasolina o gasóleo para moverse. Disfrutan de una gran imagen medioambiental, aunque muchos los consideran tan sólo una solución transitoria.
Qué son
Los vehículos híbridos utilizan dos motores para el mismo fín: uno de gasolina o gasóleo y otro eléctrico. El segundo complementa al primero o incluso lo sustituye en determinadas circunstancias, como puede ser mantener el vehículo en punto muerto a la espera de que el semáforo se ponga en verde. Ya en carretera, utilizan el motor convencional para asegurarse potencia y autonomía. Hoy por hoy, es una tecnología liderada por el fabricante japonés Toyota, aunque grupos europeos y norteamericanos como PSA y Ford han avanzado mucho. Toyota ha vendido algo más de 500.000 unidades desde que lanzó el Prius en 1997, ha extendido la tecnología a la marca de lujo Lexus y ha demostrado que la bandera medioambiental es uno de los mejores adornos para un fabricante de coches.
Ventajas
Gracias al motor eléctrico de que disponen, ahorran consumo de combustible, emisiones de gases y CO2 en su uso urbano, lo que representa un importante avance. Están conociendo un rápido desarrollo y no es raro que cuenten con subvenciones públicas o ayudas a su uso, como aparcamientos preferentes en las abarrotadas ciudades.
Inconvenientes
A pesar de ser, de media, 2.000 euros más caros que automóviles convencionales, en carretera no ofrecen grandes ventajas en cuanto a emisiones. De hecho, hay vehículos diésel que, en esas circunstancias, son considerados más 'ecológicos'.
El gas natural ofrece hoy grandes posibilidades por contar con importantes reservas y una tecnología avanzada. Encuentra su límite en la logística y la adaptación al automóvil.
Qué son
La industria del automóvil ha sido capaz de crear y comercializar centenares de miles de vehículos movidos con gas natural. La principal aplicación de esta tecnología es como alternativa a los motores diésel para flotas urbanas de camiones y autobuses y vehículos comerciales. En este área, el fabricante italiano de vehículos industriales Iveco es uno de los líderes mundiales.
Ventajas
A diferencia del petróleo, el gas natural ha comenzado a explotarse de forma masiva en las últimas décadas, por lo que su producción puede durar aún más de un siglo. Utilizado en camiones y autobuses, reduce amisiones de gases, CO2, partículas y ruido respecto a los vehículos convencionales. En marcha, estos vehículos son notablemente silenciosos. De hecho, ciudades como Barcelona, Burgos, Málaga o Madrid cuentan con ellos. En esta última capital, todos los camiones basura están movidos por gas natural. La ciudad de Pekín moverá toda su flota de autobuses con gas natural en las Olimpiadas de 2008.
Inconvenientes
Aplicada a turismos, la necesidad de espacio para los depósitos de combustible resta habitabilidad. La menor autonomía de estos vehículos y la falta de una red de estaciones de servicio hacen que por el momento sea una tecnología cautiva de las grandes ciudades. Provoca calentamiento global y, desde el punto de vista geopolítico, no resuelve el problema de la dependencia energética.
Los biocombustibles se obtienen a partir de fuentes renovables como cereales, caña de azúcar, maíz, girasol, desechos orgánicos... En el caso del etanol, se emplea como complemento de la gasolina y en el del biodiésel, mezclado con el gasóleo. Actualmente, las compañías petroleras mezclan estos combustibles con los convencionales. Repsol-YPF emplea 140.000 toneladas anuales de bioetanol para producir gasolinas que luego mezcla con las procedentes del petróleo. En 2010, España producirá un 5.8% de lo que consume el sector del transporte. Fabricants como Volvo, Ford o Saab ya venden o venderán próximamente turismos capaces de admitir mezclas de hasta el 85% de etanol, denominado E85, sin reducir las prestaciones.
Ventajas
Desde el punto de vista medioambiental, su aportación a la reducción de emisiones es el resultado del ahorro de CO2 generado durante su proceso productivo a partir de la función clorofílica de plantas oleaginosas. Además, su producción permite zafarse en cierto modo del 'mono' del petróleo.
Inconvenientes
Su eficiencia energética es menor.
Los vehículos movidos por energía solar serían la solución perfecta si no fuera porque parecen tan inalcanzables como el propio astro rey. De momento, son sólo objeto de investigación.
Qué són
Cada año, laboratorios universitarios de todo el mundo y patrocinadores aspirantes a mejorar su imagen diseñan automóviles capaces de recorrer miles de kilómetros a partir de placas solares en pruebas como la World Solar Challenge en Australia, donde han competido grupos como Peugot, Honda o General Motors. Estas placas usan células fotovoltaicas para absorver energía solar, producir electricidad y mover el vehículo que cuenta con motores convencionales de apoyo. El aspecto es lo más parecido a un ovni rodando sobre la carretera.
Ventajas
La energía solar es totalmente renovable y, transformada en electricidad, no genera emisiones. tampoco la producción de células fotovoltaicas es especialmente contaminante.
Inconvenientes
Aunque, como en el caso del hidrógeno, se trata de una fuente de energía que permite soñar con un futuro en el que la movilidad y el transporte terrestre no representen una amenaza para el medio ambiente, los fabricantes de automóviles y las propias compañías del sector energético están lejos de tener en consideración esta alternativa. Dada la poca eficiencia que se consigue al transformar la energía solar en eléctrica, los vehiculos están totalmente entregados a la obtención de energía: son ultraligeros, monoplazas y con unas prestaciones escasas.
El coche atómico vuelve a tener interés en EEUU se necesitan 400 gigawatios de electricidad diarios.
Qué son
Fue Ford la primera en aplicar la energía atómica al automóvil. Sus estudios en este terreno los materializó en un prototipo que lanzó en la primavera de 1958. Lo llamó Nucleon. Era un vehículo de dos plazas, de líneas muy futuristas, similares a las que exhibían los vehículos que aparecían en las series futuristas de la televisión de la época. En su parte posterior se apreciaba la cápsula en la que se conenía el isótopo radioactivo que alimentaba un mini reactor nuclear en el que se producía la energía que alimentaba los motores eléctricos que impulsaban el vehículo.
Ventajas
La clara ventaja de la energía nuclear en el automóvil es, como en otras aplicaciones, el precio. Cada uno de los isótopos previstos para el Nucleon confería al coche en aquellos momentos una autonomía mínima de 8.000 km., según los cálculos de la época. Una vez cubiertos, debía ser reemplazado en una rápida operación (el coche se había diseñado de forma que así fuera) en una de las estaciones de recarga que se debían construir.
Inconvenientes
El peligro de distribuir masivamente energía nuclear, por más que hubiera sido cuidadosamente diseñado para proteger tanto el isótopo y el reactor en caso de accidente, como a los ocupantes, (la capota era de material aislante de las vibraciones). Eso sin contar el problema que suponen los desperdicios radioactivos.
Fuente: El Mundo Motor, 1 de julio de 2006