News Soliclima 12/07/2007 - 17:59h
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“La materia ni se crea ni se destruye, sólo se transforma”
De los aproximadamente ocho mil millones de personas en el planeta mil setecientos constituyen la sociedad de consumo, solo con esta cantidad los vertederos están al borde del colapso. El plástico como material presente en la mayoría de productos de consumo es también generador de un número muy elevado de residuos, según datos de AIMPLAS en España se generan aproximadamente 5 millones de toneladas al año de las cuales solo se están reciclando 700.000 toneladas.
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Con estos datos no queda sino dar una voz de alarma ya que son residuos difíciles de eliminar, y aunque las propiedades del plástico como la rigidez, resistencia al impacto, efecto barrera, facilidad de formas, de impresión, producción en grandes cantidades a bajo costo entre otras son representativas, el compromiso ambiental empresarial nos debe llevar a otras opciones que nos den lo que buscamos pero reduciendo los problemas en los vertederos, en la producción y emisión de gases, en general en el impacto tan alto que se genera.
Así pues que una buena alternativa es pensar en otros materiales; que permitan lograr lo que hasta el momento conocemos pero con mayores posibilidades. La ventaja es que la investigación ha avanzado bastante y actualmente podemos elegir entre otras opciones, tal es el caso de los bio plásticos que nacieron de la inquietud de dar solución a los impactos ambientales generados y a reducir la dependencia del petróleo como recurso no renovable a corto y mediano plazo.
Biobolsa
Bioplástico
Un BIOPLÁSTICO se define como el material polímero fabricado a partir de recursos renovables (por ejemplo, azúcares, almidón, celulosa, patatas, cereales, melazas, etc.), que no es fósil, que se degrada rápidamente, se puede compostar y es sintetizado con energía renovable; y también a los sintéticos fabricados a partir de petróleo que son biodegradables (son minoría, pero se utilizan, por ejemplo, la policaprolactona). Esta clasificación incluye las mezclas de ambos tipos, tal como las de almidón y policaprolactona, ya comercializadas en el primer mundo.
A la hora de trabajar con este material y desarrollar nuevos productos se debe tener en cuenta que tiene las características de un plástico normal, puede pasar por procesos de moldeo, extrusión, soplado, además de tener la resistencia, rigidez y demás cualidades presentes en los plásticos pero, de origen natural. Sin embargo su utilización es enfocada a productos de vida útil corta por su baja resistencia a la acción de los microorganismos en aplicaciones a la intemperie y en productos de larga vida útil. Cabe resaltar también que lo que se aprovecha generalmente son los residuos de estos recursos que se encuentran fácilmente en la naturaleza y que se renuevan. Esto hace que las ventajas sean mayores puesto que no solo se reducen impactos ambientales sino que se termina con todo el ciclo de vida tanto de las materias primas como de los productos, aprovechando así hasta los residuos orgánicos.
Existen ya bastantes empresas apostando por esta opción, las cuales cuentan ya con plantas piloto de materiales bioplásticos y reforzando su área de I+D+i, aplicando a sus productos más perecederos este material; se observa que poco a poco se esta creando una conciencia ecológica empresarial generando sinergia entre estos aspectos y el aumento de su capacidad productiva. Tal es el caso de Hewlet Packard, Fujitsu, Nestle, Toyota, Down Chemicals – Natureworks o Belu con diferentes aplicaciones como carcasas de ordenadores, televisores, telefonía móvil, walkman, y productos que generan un numero importante de residuos como son los envases, dentro de los que destacan las botellas de agua, los films para productos frescos y confitería, las bandejas termo formadas rígidas, bandejas de polímero sobre la base de almidón de maíz solubles en agua, cintas adhesivas de celulosa modificada que puede usarse también como recubrimiento de bandejas de celulosa o almidón, films de mezclas de Ecoflex ® con PLA (acido láctico del maíz, ya granulado) y almidón, para envasado de alimentos con atmósfera modificada (MAP).
Algunas grandes cadenas comerciales de Francia, Gran Bretaña, Italia y Países Bajos han comenzado a utilizarlos principalmente para el envasado de productos frescos como frutas, verduras y productos congelados, y para productos de higiene personal o vajillas y vasos desechables.
También se empieza a explorar en otros sectores como el agrícola, el de componentes electrónicos y se esta investigando en aplicación a la medicina para productos desechables, como en biomedicina para desarrollo de tejidos –medicina regenerativa, y también para elementos necesarios en cirugías de huesos como tornillos biodegradables.
Observamos que el medio ambiente afecta los modos de producción, de uso, de compatibilidad entre el producto y su envase, hace que exista una renovación en la infraestructura tecnológica importante, lo que lleva tiempo asimilar por parte de todos los implicados como son las empresas y el consumidor como tal, quien de momento se inclina hacia precios mas bajos. Aunque los precios de los bioplásticos son mayores en comparación con los plásticos sintéticos, se equilibraran; debido al aumento de precio del petróleo y la baja de precio de materias primas como el azúcar y los almidones, a su vez, por el incremento de la demanda; que crecerá paulatinamente al observarse que estos materiales generan muchos menos problemas que los plásticos convencionales y por la conciencia del poder de la compra para favorecer mercados mas justos que desarrollen productos menos nocivos y que fomenten el ahorro de energía, de recursos y el consumo responsable.
Como toda nueva tecnología al principio es mas cara pero con el tiempo la demanda aumentara y los precios se estabilizaran; actualmente los nichos de mercado en donde están los bioplasticos están un poco acotados, cubren aproximadamente el 10% del mercado total de aplicaciones de plásticos, que equivale a aproximadamente 40 millones de toneladas; una de las metas para el final de esta década es que aumente en un 30% su producción lo que implica una apuesta de parte de las instituciones, de la empresa y una respuesta por parte de los usuarios finales, pero las ventajas son bastantes y el futuro es promisorio lo que se reflejara en solucionar el problema de impactos ambientales y además en aumento de ganancias.
El desarrollo del sector también es impulsado por el firme respaldo de la Comunidad europea quienes en la normativa EN 13432 de enero de 2005 incluyen un item especial para envases y embalajes “compostables certificados”. Dicha normativa, establece que durante la fase de lanzamiento los productos quedan exentos de la obligación de cuotas de recolección y reciclado; el primer país en ponerlo en práctica ha sido Alemania con el ánimo de impulsar la utilización de los bioplásticos.
Nos encontramos ante nuevas alternativas, que nos amplían el abanico de posibilidades sobre las cuales podemos trabajar hasta llegar a resultados interesantes, innovadores y futuristas, como por ejemplo envases que cumplan su función principal pero que luego se puedan comer.
Fuente: Ambientum