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Cómo puedes ayudar tú al medio ambiente

No hace falta ser un ejecutivo de alto grado entretejiendo decisiones en una gran empresa para poner el grano de arena a favor del medio ambiente -y de la salud de todos- y contribuir a frenar el cambio climático.

Acciones sencillas, tales como separar las basuras, no coger el coche para ir al centro, comprar electrodomésticos de etiqueta energética A o sustituir las bombillas convencionales por las de bajo consumo supondrían ahorrar millones de toneladas de emisiones de CO2 si se convirtiesen en costumbre para los españoles.

Las bombillas de bajo consumo, por ejemplo, ciertamente son más caras, pero consumen el 80% de la energía que necesitan las incandescentes y además, duran 12 veces más. El hecho es tan incontestable que varios gobiernos han tomado cartas en el asunto. Australia tiene previsto en el año 2010 dejar de fabricar bombillas incandescentes, invento que tiene por cierto ya más de 100 años de existencia.

California, que últimamente parece el niño rebelde de Estados Unidos, intenta elaborar una legislación que prohíba fabricarlas en cinco años. Cuba ya realizó un Plan Renove de Iluminción en 2005, y Chávez ya ha anunciado su previsión de sustituir el viejo invento de Edison por modelos más eficientes.

Desde el IDAE no dudan al afirmar que "el extracoste de este tipo de lámpara respecto a la incandescente que sustituye, lo recuperará el ciudadano -por ahorro en la factura eléctrica- en menos de un año".

Arramblar con el parque de bombillas antiguas y sustituirlas por las eficientes supondría en Europa evitar la emisión de 28 millones de toneladas de CO2.