Estudios realizados por Philips demuestran que, aunque en la mayor parte de Europa se tiene en cuenta el factor ecológico en alumbrado, aún existe una tercera parte de la iluminación de las vías públicas y autopistas europeas que sigue utilizando la ineficiente tecnología de los años 60: las lámparas de vapor de mercurio.
Estas lámparas consumen una gran cantidad de energía, generando un gasto excesivo e innecesario, tanto para las autoridades locales como para los contribuyentes, y produciendo asimismo altas emisiones de dióxido de carbono (CO2).
Se calcula que en Europa hay todavía, aproximadamente, unos 35 millones de lámparas de vapor de mercurio. Las cifras demuestran que, si todas estas lámparas, así como sus equipos, fueran reemplazados por la tecnología más moderna de alumbrado, lo ayuntamientos europeos ahorrarían anualmente entre 600 y 700 millones de euros en los costes de operación. Además, Europa podría reducir sus emisiones de dióxido de carbono (CO2) en 3.5 millones de toneladas al año, lo cual sería un enorme avance en los objetivos fijados en Kyoto.
Fuente: Ecohabitar