Nadie cuestionaría que el mejor recurso a nuestra disposición para solventar los problemas energéticos a que nos enfrentamos es el ahorro. También es indiscutible que la oportunidad para ahorrar en la energía que se emplea para iluminar nuestras vidas es muy significativa. Según datos publicados por la Unión Europea, el consumo eléctrico de alumbrado de todos los hogares de la UE soprepasa los cien billones de kWh. "El alumbrado absorbe una cantidad considerable de nuestros recursos energéticos, ya que supone el 19% de la electricidad que se consume en el mundo", cuenta Rudy Provoost, director general de Philips Alumbrado. "Teniendo en cuenta las circunstancias económicas actuales, resulta imperativo que unamos las tecnologías y los servicios adecuados para mitigar el desgaste de nuestros recursos de energía", avisa.
Sin embargo, resulta paradójico que en una época en la que se nos apremia a ahorrar energía y surgen cada vez más soluciones de ahorro, sigamos utilizando bombillas incandescentes convencionales, que sólo convierten el 10% de la energía en luz, mientras emplean el 90% restante en producir calor. Tal es el derroche, que se calcula que la sustitución de los 3,5 billones de lámparas incandescentes instaladas en toda Europa tendrá como consecuencia una reducción en el consumo de energía por parte de los sistemas de iluminación de más del 30%.
La clase C fina en 2016
Consciente de esta oporutnidad, y siguendo los pasos de países como Australia, Canadá, Brasil y Argentina, que ya han decidido eliminar las lámparas incandescentes y sustituirlas por alternativas más eficientes, la Comisión Europea se puso manos a la obra, y el día uno de septiembre de 2009 se inició en toda la UE la retirada del alumbrado ineficiente implementada bajo el reglamento 244/2009 por el cual se aplica la Directiva Ecodesign 2005/32/CE del Parlamento Europeo. La primera bombilla que dejará de fabricarse es la clásica incandesdente de 100 W y a partir de ahora, sólo se pueden vender las que se tengan almncenadas. Dentro de un año le tocará el turno a la bombilla de 75W y en septiembre de 2011, a la de 60W. Sin embargo, el esfuerzo no queda ahí. En 2013, está previsto aumentar los patrones de rendimiento de las bombillas de bajo consumo, por ejemplo: una vida útil más larga, y en 2016, tienen que desaparecer todas las bombillas de bajo consumo con etiquetado energético inferior a C.
Ferrán Tarradellas, portavoz de energía de la Comisión Europea, explica que el Reglamento se redactó después de un proceso abierto de dos años durante el cual se involucraron todas las partes interesadas como consumidores y ONG del sector de medioambiente. Aunque Tarradellas confiesa que "la industria de alumbrado europea inicialmente declaró que las medidas serían demasiado ambiciosas", cuenta que "la Comisión y los Estados Miembros optaron por mantener el nivel de ambición con el apoyo de los otros interesados" y "finalmente, la industria de alumbrado cambió su posición y respaldó el escenario ambicioso del Reglamento". Tarradellas recalca que, gracias a la prohibición, "la industria del alumbrado se beneficiará del incremento de venta de bombillas de bajo consumo" y que "el calendario ha sido desarrollado para asegurar que los fabricantes tengan tiempo par convertir sus líneas de producción de bombillas incandescentes".
Antonio Duato, presidente de Philips Ibérica y director general de Philips Alumbrado, se muestra muy satisfecho con el reglamento. "Este momento legal es una oportunidad en cuanto a sostenibilidad y eficiencia energética. Aunque la normativa será progresiva hasta 2016, las soluciones de alumbrado eficiente ya están disponibles".
De hecho,la normativa responde a lo que ya es una realidad en el ámbito de muchos consumidores europeos, cada vez más sensibilizados con el cuidado del medio ambiente y con el excesivo consumo de sus hogares. Rafael Fiestas, director general de Osram España, comenta por ejemplo que "en el primer trimestre de este año, las ventas de bombillas incandescentes han caído un 35%. Este dato, añade, "revela una actitud en el mercado europeo hacia la sustitución de bombillas tradicionales por lámparas de bajo consumo, halógenas de ahorro de energía o los diodos emisores LEDS). La tendencia actual es la eficiencia enerǵetica.