3/02/2009 - 17:10h

El nuevo concepto alemán de casa eficiente: la casa pasiva

Lo que los alemanes llaman "casa pasiva" es una casa que aprovecha características del bioclimatismo, como la orientación hacia el sur, para el mejor aprovechamiento de la radiación solar, en combinación con un cierre hermético de todo el habitáculo, que es ventilado gracias a un sistema especial para renovar el aire. No utilizan calderas.
 

Desde fuera, no se ve nada inusual en el estilo gris y naranja de las casas del distrito Kranichstein, pero estos edificios sforman parte de la revolución en la eficiencia energética del hogar. En el hogar del Sr. Kaufmann, no hay caldera; sólo hay un radiador de emergencia almacenado en el trastero, un radiador que no se utiliza. Incluso en las más frías noches de la Alemania central, esta fila de casas consiguen el calor y el agua caliente que necesitan de la cantidad de energía equivalente a laSu casa utiliza una vigésima parte de la energía que sus padres necesitan para calefactar una casa del mismo tamaño.

Muchos ingenieros y arquitectos de todo el mundo comienzan a interesarse por una construcción más sostenible, aplicando sistemas más eficientes, mejor aislamiento y energías renovables. Los alemanes se han decantado por hacer edificios aislados de forma hermética, de forma que el calor no puede escapar y el frío del invierno alemán no puede colarse entro. De esta forma, un hogar de este tipo es calefactado por el sol y por el calor de las personas que viven dentro. En Alemania, estas casas apenas cuestan un 7% más que las convencionales.

Hace unas décadas los intentos de crear hogares sellados y calentados por el sol fallaron debido a la falta de ventilación; pero ahora se ha creado un ingenioso sistema de ventilación donde el aire viciado que sale cede su calor al frío que entra, con una eficiencia del 90%.

"Hasta ahora, para tener una casa caliente primero tenías que haber calefactado. Nuestro objetivo es crear una casa sin demanda de energía", dice Wolfgang hasper, un ingeniero del Instituto de la Casa Pasiva (Passivhaus Institut), en Darmstadt. "No se trata de bajar el termostato y ponerse jerseys de lana en casa", asegura. "Se trata de mantener el confort consumiendo menos energía, y lo conseguimos reciclando el calor".

Ahora mismo hay unas 15.000 casas pasivas en todo el mundo, la mayor parte de ellas en Alemania o en países donde este idioma es muy utilizado, como los países escandinavos. La primera casa pasiva fue construïda por Wolfgang Feist en 1991, pero la difusión de esta técnica se ha ralentizado debido a que la mayor parte de la literatura técnica está en alemán, incluso muchos de los componentes necesarios para la casa pasiva sólo se fabrican en este país. En Frankfurt, por ejemplo, las escuelas ya se construyen con esta técnica. Pero su popularidad comienza a extenderse, y el Parlamento Europeo ha propuesto que los edificios cumplan estos estándares en 2011.

Tabih Tahan, un arquitecto californiano que vivió en Austria durante 11 años, ha construido la primera casa pasiva de EEUU en Berkeley. "Es un sistema que a la gente le parece lógico. ¿Por qué no reciclar el calor ?", asegura. Irónicamente, cuando las autoridades examinaron su casa para determinar si cumplía las condiciones para denominarla 'verde' -cosa que sí hacía-, se encontraron con que un dispositivo carecía de certificados: el intercambiador de calor, algo desconocido en los EEUU.

Un edificio cerrado herméticamente puede parecer sofocante; pero una casa así tiene tantas ventanas como una normal, y son ventanas que pueden abrirse. Lo que puede resultar raro en una primera toma de contacto es la uniformidad del aire y la temperatura en el interior. El suelo no está frío, las paredes y el aire están a la misma temperatura. Si abres una ventana, verás que está formada por capas de cristal y gas, con elaborados sellos en los filos. En el techo hay unos conductos por los que sale el aire. En la sala de máquinas no hay caldera; en su lugar vemos una gran espuma de poliestireno en cuyo interior se encuentra el intercambiador de aire.

Este tipo de casas no requiren de ningún tipo de control por parte de sus habitantes, pero muchos arquitectos ponen un panel con una variedad de opciones. Así, se pueden apagar si nos vamos de vacaciones o aumentar el intercambio de aire por si hacemos una fiesta. "Nos hemos dado cuenta de que a la gente le resulta importante tener la sensación de que pueden influenciar el sistema", asegura el Sr. Hasper.

Algunos pueden llegar a echar de menos tomarse una taza de chocolate en una cocina fría, pero otros no... "Crecí en una vieja casa que siempre tenía 10 grados menos de los necesarios, así que ahora quiero desquitarme", confiesa Georg W. Zielke, que construyó su primera casa pasiva para su familia y ahora ya no las hace de otro tipo.

Pero una casa pasiva no se puede construir en cualquier lado. Es necesaria una conjugación de clima, sol y edificio. Podría no funcionar en un valle sombreado, o en una calle urbana sin paredes hacia el sur. Los investigadores ahora buscan la forma de adaptar este sistema a climas más cálidos donde el intercambiador de calor pueda utilizarse también para refrigerar. Los edificios compactos son también más adecuados; una mansión de plano complicado es más dificil de aislar.

Fuente: New York Times

 

 

 

 

 

 

 

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