El peaje será de obligado pago únicamente entre las seis y media de la mañana y las seis y media de la tarde, y la cantidad a pagar oscilará entre uno y seis euros, en función de las horas de circulación. Medio millón de coches circula habitualmente por esta ciudad, por lo que el monto total de ingresos de que dispondrá el Ayuntamiento sueco, nada despreciable, se destinará íntegramente al desarrollo del transporte público.
Algunos vehículos estarán exentos de la tasa: vehículos de transporte público, los matriculados en el extranjero, los de funcionamiento ecológico (motores eléctricos, etc.) y los pertenecientes a servicios de urgencias.
El exquisito sentido de la cortesía nórdica tiene también cabida dentro de la medida: su plazo de funcionamiento está asegurado sólo hasta el 31 de julio de este año. Posteriormente, los ciudadanos de Estocolmo votarán en referéndum si desean mantenerla o no.
Ante esta noticia, desde la soleada España sólo nos queda decir... ¡ Quién pudiera hacerse el sueco !