21/03/2010 - 12:50h

Iluminación eficiente en parques y jardines

El alumbrado público de un municipio, incluyendo suministro y mantenimiento, supone un gasto importante para un ayuntamiento. En este tipo de alumbrado está incluída la iluminación de los parques y jardines. El consumo de energía de un municipio debe ser eficiente y racional, y para ello se debe promover el ahorro energético y reducir el resplandor luminoso nocturno, garantizando siempre la seguridad y comodidad de los usuarios.

Hoy en día, un buen alumbrado debe ser eficaz y económico. Un consumo energético superior no siempre significa un mayor servicio sino que el grado de eficiencia óptima se consigue cuando hay una proporción adecuada entre el consumo y el confort. La eficiencia energética en iluminación hace referencia a la reducción del consumo de energía sin que por ello se vean alterados los niveles lumínicos y protegiendo el medio ambiente. Por ello, a la hora de diseñar el alumbrado público de los parques y jardines de un municipio, se deben establecer los niveles de iluminación mínimos necesarios para el desarrollo de las actividades que tienen lugar en estos espacios, sin olvidar la seguridad y comodidad de los usuarios y evitar así la contaminación lumínica.

Normativa sobre la iluminación eficiente

El Real Decreto 1890/2008, del 14 de noviembre, por el que se aprueba el reglamento de eficiencia energética en instalaciones de alumbrado exterior y sus instrucciones técnicas complementarias EA-01 y EA-07 tiene como objetivo mejorar la eficiencia y el ahorro energético de las instalaciones de alumbrado exterior, puesto que favorecen la competitividad de sus procesos productivos y reducen las emisiones de gases contaminantes y la facturación energética. Sin embargo, no tiene como objetivo el establecimiento de valores mínimos de niveles de iluminación en los distintos tipos de vías o espacios. Este reglamento se debe aplicar a aquellas instalaciones que dispongan de una potencia instalada superior a un KW.

Las instalaciones de alumbrado exterior se califican en función de su índice de eficiencia energética. Para facilitar la interpretación de la calificación energética de estas instalaciones, se define una etiqueeta que caracteriza el consumo de energía de la instalación mediante una escala de siete letras que va desde la A (la instalación más eficiente y con menor consumo energético) hasta la G (la menos eficiente y con mayor consumo de energía).

Las instalaciones de alumbrado vial ambiental, en las que se incluye la iluminación de parques y jardines, debe cumplir los requisitos mínimos de eficiencia energética que se encuentran tabulados.

Tecnologías y métodos de ahorro

Las lámparas instaladas en parques y jardines tienen que ser aquellas de mayor eficiencia energética y los arrancadores deben ser adecuados al tipo de lámpara para proporcionar los parámetros de funcionamiento establecidos por el fabricante.

En cuando al alumbrado específico de parques y jardines, las zonas que se deben considerar son los accesos al parque o jardín, así como también sus paseos, escaleras, glorietas, áreas de estancia, etc. En estas zonas se deben tener en cuenta los criterios y niveles mínimos de iluminación establecidos para el alumbrado de estos espacios públicos.

Las luminarias utilizadas para el alumbrado público de parques y jardines forman parte del mobiliario urbano de un municipio. Es importante considerar el aprovechamiento de las energías renovables en estos espacios públicos. Entre todas las energías renovables existentes, la más interesante en el alumbrado de parques y jardines es la energía solar fotovoltaica. Los paneles fotovoltaicos transforman la luz del sol en electricidad sin contaminar el medio ambiente y la energía generada se puede utilizar para ilumninar una farola u otro tipo de luminaria.

En el mercado existen luminarias con diversos tipos de distribución luminosa para la iluminación de árboles y otros vegetales. Los fabricantes clasifican los proyectores en función de su ángulo de emisión para iluminar cada árbol según su altura y frondosidad.

Cada tipo de lámpara posee un determinado cromatismo que la hace más adecuada para su aplicación. Por ejemplo, los tonos amarillentos y cálidos ofrecen la sensación de familiaridad y comodidad mientras que la luz blanca azulada puede resultar agradable por la noche.

La iluminación de los árboles se puede realizar desde su parte inferior, consiguiendo de esta manera que el árbol destaque sobre el cielo oscuro. Sin embargo, la iluminación de los arbustos suele efectuarse desde su interior para destacar la silueta de sus hojas. La iluminación de praderas o grandes zonas de césped se puede lllevar a cabo distribuyendo la iluminación en su periferia para que los paseantes conciban estos espacios como superficies bien definidas.

La variedad de lámparas disponibles para la iluminación de parques y jardines es muy diversa, pero no todas son adecuadas para cada espacio. Las lámparas incandescentes suponen un consumo elevado de energía y no se utilizan mucho en los parques y jardines. Para destacar el color verde de los árboles y arbustos se pueden utlizar lámparas de vapor de mercurio puesto que las de vapor de sodio ofrecen una luz más amarillenta y sólo serían interesantes en el periodo otoñal, aunque estas últimas tienen un porcentaje de ahorro mayor: entre un 25 y un 45%.

Las lámparas fluorescentes, que pueden alcanzar hasta un ahorro energético de un 80%, resultan de una gran utilidad para la iluminación de zonas de paso, balizamientos y escalones puesto que ofrecen gran claridad a distancias medias, logrando crear un ambiente agradable.

Actualmente, se pueden crear efectos característicos y sorprendentes en los parques y jardines mediante el empleo del láser y la fibra óptica.

En el interior de fuentes y estanques se instalan proyectores sumergidos para que los usuarios tengan una mayor percepción de estos elementos.

En cuanto a la distribución de la luz en parques y jardines, ésta se debe realizar de tal forma que el alumbrado sea homogéneo y la iluminación no sea excesiva para no crear contrastes de luz y sombra que alteren la estética de estos espacios. Por otro lado, la ubicación y orientación de la luminarias deberá ser tal que no produzca deslumbramientos en los paseantes.

Uno de los métodos para ahorrar energía en parques y jardines consiste en realizar un apagado parcial de las lámparas. Con este sistema se logra reducir el consumo, puesto que se apagan algunas luminarias durante un periodo concreto de tiempo. Para ello, se deben instalar interruptores horarios astronómicos con circuitos alternativos para que no exista una disparidad en la vida de las lámparas.

Otros métodos de ahorro de energía consisten en la instalación de una reactancia de doble nivel, que variará la impedancia del circuito o la implantación de reductores e flujo luminioso en cabecera, con el objetivo de disminuir la intensidad lumínica a partir de determinada horas de la noche, en las que la actividad ciudadana se reduce al mínimo.

Estos sistemas de control pueden producir ahorros que oscilan entre el 10 y el 30%.

Conclusiones

La planificación de un alumbrado público se debe hacer considerando tres premisas principales: conseguir un consumo energético eficaz, alcanzar un impacto ambiental mínimo y lograr una inversión razonable. Por ello, en el diseño de un buen alumbrado para un parque o jardín se deben combinar la eficacia y el ahorro, respetando siempre la seguridad y comodidad del usuario.

Por último, cabe destacar la importancia de llevar a cabo una adecuada iluminación de todos los parques y jardines, puesto que son espacios vivos y dinámicos, ya que se pueden adaptar a cada época del año y a cada acontecimiento que se vaya a desarrollar en ellos.

Fuente: Obras Urbanas, noviembre - diciembre 2009

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