La lámpara halógena: las tecnologías halógenas más avanzadas ofrecen una mejora de la eficiencia energética del 50% en comparación con las bombillas incandescentes convencionales. Las lámparas ECO de Osram son un ejemplo de este tipo de tecnología. El fabricante estima que una casa con 39 lámparas de este tipo puede llegar a ahorrar 120 euros al año.
Lámpara fluorescente Compacta (LFC): sorprende saber que estas bombillas llevan ya más de 20 años en el mercado. Son hasta un 80% más eficientes que las incandescentes y también más duraderas. Aunque son más caras, con el tiempo los consumidores recuperan el sobrecoste inicial a través de los ahorros de energía logrados y su mayor vida útil. Su principal desventaja es que, al encenderse, tarda unos minutos en alcanzar la máxima intensidad de luz (las LFC de encendido electrónico elimina este inconveniente). Asímismo, contienen mercurio, por lo que se require que el reciclaje y eliminación de los residuos, tras su uso, se haga de forma correcta y controlada. A pesar de ello, un estudio técnico comisionado por la CE para preparar el Reglamento calcula que el impacto de ahorro energético durante la vida útil de una LFC más que compensa el impacto de su fabricación y retirada al final de su vida útil. Citando este estudio, Ferrán Tarradellas asegura que "las necesidades energéticas de fabricación y reciclaje de las LFC se compensan porque durante su vida útil estas lámparas reemplazan entre seis y quince bombillas incandescentes convencionales".
Diodo emisor de luz LED: se trata de una tecnología altamente eficiente. Producen la misma cantidad de luz que una bombilla convencional, pero utilizando un 90% menos de energía, y no contienen sustancias tóxicas. Aunque las bombillas tipo LED no pueden todavía competir con otras bombillas más potentes para proporcionar una elevada iluminación, se esperan rápidas mejoras tecnológicas que harán que se conviertan en verdaderas alternativas en un futuro próxmo. La última generación de lámparas LEd tiene una vida útil de 25.000 horas, 25 veces más que una bombilla incandescente.
Independientemente de la tecnología empleada por cada uno de nosotros para iluminar despachos, hogares y comercios, a partir de ahora los beneficios del Reglamento 244/2009 serán significativos. Los responsables del reglamento calculan que supondrá ahorrar un 80% del consumo total de energía en alumbrado en el hogar, un ahorro anual de alrededor de 40 TWh en 2020, equivalente al uso energético de once millones de unidades domésticas europeas en el mismo periodo). Desde una perspectiva económica, se ahorrarán alrededor de 5.000 millones de euros, que volverán a inyectar a la economía europea, y la factura de luz total de las unidades domésticas se reducirá entre 25 y 50 euros anuales. Finalmente, WWF estima que la medida evitará la emisión de 15 millones de toneladas anuales de CO2 a la atmósfera a partir de 2020, cantidad equivalente al consumo eléctrico de un país como Rumania durante un año.
Fuente: Energías Renovables, noviembre 2009