De nuevo volvemos a las casas de paja. Estas construcciones, algo más baratas que las que utilizan ladrillos u hormigón, podrían constituir una garantía de seguridad en territorios con frecuentes movimientos sísmicos. Ésta es la conclusión de pruebas recientes hechas en laboratorios de Estados Unidos.
La ingeniera civil Darcey Donovan estaba diseñando casas fabricadas con balas de paja en California cuando oyó que un terremoto había matado más de 75.000 personas en la región de Cachemira, en Pakistán, en 2005. La mayor parte murió cuando la casa se les cayó encima. Se hizo voluntaria y pasó el mes de mayo de 2006 en el área devastada, ayudando a construir un centro para mujeres utilizando su técnica de construcción con paja. Quedó asombrada por el número de personas que habían quedado sin hogar o viviendo en tiendas y que tenían miedo de volver a habitar edificios de piedra y barro. -Les ayudé a hacer un edificio, pero quería hacer mucho más, asegura.
Dándose cuenta de que este tipo de construcción podría ayudar, Donovan hizo un diseño que pudiese utilizar los materiales locales. Los cimientos se hacen con sacos de grava, mientras que la base del edificio utiliza arcilla y arena mezcladas con cemento. Las paredes están formadas por balas de paja, que son cubiertas por un yeso fabricado a base de arcilla, arena y paja cortada. En los diseños occidentales, las balas se utilizan sólo como método de aislamiento, mientras que el peso es sujetado por un marco de madera, pero Donovan ha conseguido que en su diseño sean las balas de paja las que aguantan la carga. De esta forma, las casas son tan robustas como si estuviesen fabricadas con piedra, pero son mucho más ligeras, y el desplome del edificio es menos peligroso para los habitantes en caso de terremoto.
Donovan a fundado la organización Pakistan Straw Bale and Appropiate Building para promorcionar su uso. PAKSBAB ya ha ayudado a los trabajadores locales a construir nueve hogares en Cachemira.
Donovan quería comprobar cómo reaccionarían las casas en caso de terremoto, y construyó un edificio en la Universidad de Nevada, en Reno. Se hizo pasar a la casa por 8 pruebas que simulaban un terremoto, cada uno de mayor intensidad que el anterior. La capa de yeso se resquebrajó y se cayeron trozos, pero la casa sobrevivió a un terremoto de 7,6.
-La estructura aguantó muy bien, asegura Ian Buckle, que dirige el laboratorio. Considera que este diseño tiene un gran futuro en zonas de peligro sísmico en todo el mundo.
Fuente: New Scientist