Se trata del Elding, un pequeño barco que se dedica a hacer excursiones de observación de ballenas para turistas. Los motores hidrógeno del barco permitirán que, una vez avistadas las ballenas, los grandes motores diesel se apaguen y el barco pueda funcionar en modo silencioso, permitiendo a los turistas observarlas en completo silencio, y sin molestar a los cetáceos.
A parte de ser un reclamo para turistas buscando un viaje más ecológico, el Elding supone la primera prueba para adaptar estos motores a su flota pesquera, una de las mayores del mundo, y un paso más hacia el objetivo de Islandia de convertir toda su flota de vehículos de transporte al hidrógeno para 2050.
Respecto a la problemática del hidrógeno, un 93% de los islandeses aceptan esta nueva fuente, no como en otros países como Japón, donde se asocia con las bombas de la segunda guerra mundial, o Estados Unidos, donde se asocia con el desastre aéreo de Hindenburg en 1937.
Jon Bjorn Skulason, de Icelandic New Energy, comenta que solamente hay que ser conscientes de las peculiaridades del hidrógeno: No hace demasiado, se podía ver a gente fumando mientras repostaba sus coches en las gasolineras. No es que el hidrógeno sea más o menos peligroso que la gasolina. Simplemente es diferente.
Pero la conversión total llevará tiempo. Se necesitan cambios en la infraestructura, y algo importante: coches con motor de hidrógeno baratos, ya que los actuales cuestan unas cinco veces más que sus primos con motor de gasolina.