18/12/2008 - 08:00h

Wangari Maathai, la mujer negra y verde

Icaria Editorial ha publicado recientemente -Wangari Maathai, la madre de los árboles. El libro sobre la Premio Nobel de la Paz se ha publicado en la colección Encuentro y cuenta con el apoyo de Intermón Oxfam. El volumen es obra de Stefan Ehlert, un periodista que, desde hace años, trabaja en Nairobi para diversos medios de información locales e internacionales.

Wangari Maathai fue la primera mujer de África Central/Oriental en doctorarse. También fue la primera en obtener un cargo en la universidad. Fue presidenta del Consejo Nacional  de Mujeres de 1981 a 1987 y fundó el Green Belt Movement, el Movimiento Cinturón Verde. Básicamente, este movimiento promueve la reforestación las zonas más degradadas del continente africano. Wangari maathai no se cansa de repetir, una y otra vez, que si cuidamos de la Naturaleza podremos tener una más alta calidad de vida, un futuro para las generaciones que están por llegar

NATURALEZA Y ALIMENTACIÓN

Existe un gran vínculo entre la soberanía alimentaria y la Naturaleza. Si en las zonas rurales se destroza el medio ambiente, como ha ocurrido y sigue ocurriendo en África,  los más desfavorecidos no tienen leña; y sin leña, no se puede cocinar, lo que provoca una gran crisis alimentaria en cada familia. Los árboles, los bosques mantienen la humedad, atraen las lluvias, mantienen fresca la temperaturaCuando los bosques son talados, la humedad desaparece, aumenta el calor por el día y el frío por la noche, el viento arrasa con todo, desaparecen los nutrientes del suelo, la tierra se erosiona y se desertiza, quedan mermados los recursos hídricos. Y sin agua, no hay riego. Sin riego, desaparece la agricultura y las posibilidades alimentarias de las poblaciones son cada vez más escuálidas. Sin bosques, incluso los ganaderos no pueden construir cercados para el ganado.  Si no hay ganado,  no hay proteína animal Cualquier oportunidad es buena para replantar, reforestar. Es una necesidad imperiosa, a toda costa.

MUJERES Y ECONOMÍA

Suele pensar el occidental medio que la culpa de la pobreza en África y, en especial, la pobreza de las familias y de las mujeres con sus niños (cuyos padres engendradores no suelen ocuparse de ellos) tienen su origen en ancestrales tradiciones que se pierden en el principio de los tiempos. Sin embargo, como Wangari Maatahi no se ha cansado nunca de repetir, las mujeres kenyatas vivían mejor en la época precolonial que en la actualidad. La Premio Nobel asegura: - Seguramente, mi abuela estaría muy orgullosa de mí porque sé leer y escribir y he viajado por todo el mundo. Pero las mujeres han perdido muchas cosas. Han perdido la protección que la estructura familiar les brindaba en el pasado. En su momento, los colonizadores británicos, como afirma el autor del libro, -habían dejado un laberinto legal en el que las leyes coloniales y los usos y costumbres del pueblo colonizado se mezclaban de forma difícilmente comprensible. Dicha maraña está todavía por desenredar. Recuperar los derechos perdidos de las mujeres significa volver a reconstruir la economía local y familiar. Esto tiene un efecto muy positivo en el medio y en la alimentación de los núcleos familiares. Las mujeres defienden mejor los recursos porque su vista está siempre puesta en la descendencia.

UN EJEMPLO DE INSOSTENIBILIDAD

Para entendernos, la zona del lago Naivasha se ha convertido en el Egido africano. Se producen flores y hortalizas para Europa.  Los empresarios se han comprometido a aplicar salarios dignos y condiciones de trabajo dignas también. La economía crece. Pero se han disparado los vertidos de fertilizantes y pesticidas al lago, donde viven hipopótamos y pelícanos. El delicado entorno del lago está en peligro por un mal concepto de progreso económico, calcado de los errores que Occidente cometió hace ya tiempo. Los recursos hídricos del área están siendo sobreexplotados. La Premio Nobel sentencia:  - No tiene ningún sentido que destruyamos nuestro entorno y exportemos rosas a Europa sólo a cambio de obtener divisas con las que poder pagar nuestra deuda. Seremos infinitamente más pobres si destruimos el medio ambiente. Pero ella no baja la cabeza ni tira la toalla. Las mujeres representan el futuro y la esperanza para África y para todo el mundo: por una alimentación sana, digna y suficiente; por una sociedad justa y sostenible; por un medio ambiente limpio; por unas zonas boscosas que nos aporten agua,, frescor, que atrapen los gases contaminantes y que mantengan la difícil y saboteada estabilidad climática. De África y los africanos hay mucho que aprender

Fuente:  The Ecologyst, 2007.

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