8/04/2008 - 09:00h

Bangkok acuerda una ambiciosa agenda contra las emisiones de CO2

Protestas por el cambio climático en Bangkok.La nueva agenda de las negociaciones de un nuevo acuerdo para combatir de manera más certera y completa el cambio climático a partir de 2012, cuando venza el Protocolo de Kioto, es uno de los logros de los 1.200 delegados de 163 naciones que han reunido durante esta semana pasada en Bangkok.

 
"Tenemos todos los elementos del plan de acción de Bali", destacó el serbio Andrej Kranjc, uno de los representantes de la Comisión Europea (CE) en la reunión, en referencia a la "Hoja de Ruta" aprobada en diciembre en esa isla indonesia.

El llamado por algunos "Kioto 2" seguirá negociándose en Alemania en junio y lo primero que se tratará será la transferencia de tecnología de los países industrializados a los emergentes.

Las naciones en vías de desarrollo se han negado en estos cinco días de debates en la capital tailandesa a aceptar controles o reducciones de sus emisiones de gases contaminantes mientras los países ricos no se comprometan en firme con sus ayudas financieras.

En agosto se celebrará otra reunión en Ghana que abordará, según se decidió el viernes, la deforestación y la reforestación, apartados que los científicos consideran esenciales para combatir el aumento de las temperaturas del planeta.

La propuesta de Japón de negociar recortes de dióxido de carbono por sectores, introducida en Bangkok, arrancó el rechazo de delegaciones como la de China o la India y se ha dejado para agosto, a pesar de la fuerte presión que ha ejercido la representación nipona.

El grupo de trabajo decidió aplazar a 2009 las discusiones sobre las obligaciones de Estados Unidos, a la espera de que el presidente norteamericano que emane de las elecciones que se celebrarán en noviembre será más favorable a aceptar compromisos que el actual, George Bush.

Estados Unidos es el único país industrializado que se ha negado a ratificar el Protocolo de Kioto, que entró en vigor en 2006 para actuar sobre las emisiones de dióxido de carbono, metano, óxido nitroso, hidrofluorocarbono, perfluorocarbono y hexafluoruro sulfúrico.

La última reunión de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de este año se celebrará en Polonia, en diciembre.

El otro grupo de trabajo, con el cometido de supervisar el cumplimiento de los acuerdos de Kioto, aprobó con menos problemas que el anterior explorar vías para reducir las emisiones de gases contaminantes en aviones y barcos, un volumen que representa entre el 5 y el 8 por ciento del total de las emulsiones que causan el efecto invernadero.

La Unión Europea (UE), que impulsaba la iniciativa junto a Noruega, hubiera deseado un compromiso más ambicioso, pero al menos el conseguido supera las reticencias de las naciones emergentes y les arranca el compromiso de estudiar la opción.

El bloque europeo, uno de los frentes que ha buscado mayores compromisos en la reunión de Bangkok, acordó en 2007 reducir en un 20 por ciento sus emisiones de CO2 para 2020.

Las delegaciones de Brasil y Sudáfrica propusieron la alternativa de que las naciones industrializadas adoptaran recortes y las emergentes abordasen controles.

Otro punto de controversia surgió con la propuesta del Banco Mundial de que se aprobase la creación de fondos especiales para que los estados en vías de desarrollo accedan a créditos con los que poder financiar las reformas necesarias.

Los afectados y las organizaciones ecologistas acusaron al Banco Mundial de tratar de controlar la financiación de la lucha contra el cambio climático, esfuerzo que los científicos y empresarios calculan que costará miles de millones de dólares.

Las ofertas del Banco Mundial de establecer un Fondo para Tecnología Limpia de entre 5.000 y 10.000 millones de dólares y otros de 500 millones de dólares para adaptación se quedaron sobre las mesas de trabajo.

A pesar de las grandes diferencias expuestas en Bangkok y que vaticinan un largo, difícil y tortuoso camino de negociaciones, el propósito de esa reunión se ha cumplido: conseguir una agenda de trabajo.
 
Fuente: Ambientum
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