La diferencia aquí es que este aparato ofrece un combustible llamado bioetanol -que es alcohol carburante-, por lo que emite un 85% menos de CO2 hacia la atmósfera. Además, con esta maquina, cada litro de combustible podría costar menos de 60 céntimos de euro.
¿Funciona? El aparato se llama
E-Fuel100 MicroFueler, pesa 90,72 kilogramos, cuesta 7.000 euros y tiene el mismo tamaño de una lavadora y secadora de ropa. Fue diseñado por el científico Floyd Butterfield, que en 1982 ganó un concurso en EUA con esta propuesta.
El aparato permite a los consumidores crear bioetanol de forma simple y segura, utilizando azúcar, una levadura especial, agua y un suministro de energía doméstico de 110-220 CA.
Según el empresario Thomas Quinn, dueño de la empresa E-Fuel Corporation que la creó, el MicroFueler es muy fácil de usar. «Usted sólo abre la puerta de lo que parece una lavadora de ropa, echa adentro el azúcar, cierra la puerta y aprieta un botón», afirma en su sitio web
www.efuel100.com
Lo que no dice Quinn es que este aparato gasta tanta agua como una lavadora automática, pues requiere 15 lítros de líquido para producir 3,8 l de etanol.
Además, requiere entre 4,5 y 6,35 kilogramos de azúcar para producir un litro de bioetanol y debe ser azúcar moreno y no el blanco y refinado que endulza el café.
El proceso
Una vez que los ingredientes están adentro, la máquina necesita siete días para producir el bioetanol. El aparato utiliza microsensores avanzados y tiene una membrana inteligente que permite, a bajas temperaturas, separar el agua del alcohol. Esto hace que el agua, al final, esté tan limpia como para poder beberse.
Al final de una semana, el MicroFueler produce unos 130 litros de bioetanol. La velocidad del proceso es posible porque se produce la destilación de alcohol a partir del azúcar y no de los almidones, afirma Butterfield.
Para que el uso de la máquina sea sencillo, la estación casera posee una pantalla táctil LCD similar a cualquier estación de gasolina del mundo.
También tiene una manguera de servicio plegable de 15 metros, lo cual facilita el bombeo del combustible hasta el vehículo.
A prueba
La noticia de la fábrica de bioetanol portátil empezó a recorrer el mundo esta semana. Sin embargo, el aparato no saldrá al mercado hasta finales de año. «E-Fuel provocará un profundo impacto en la forma en que obtenemos y consumimos combustible, al igual que el cambio de paradigma en la década de los ochentas del macroordenador al PC que llegó al hogar», comenta Quinn.
Pero con el lanzamiento también se levantan algunas voces de protesta. Científicos como Daniel Kammen, director del Laboratorio de Energías Renovables de la Universidad de Berkeley, Estados Unidos, ya ha salido en medios como
The New York Times alertando sobre la necesidad de reflexionar sobre el control de calidad y eficacia de producir etanol en casa.
El otro tema por resolver con este invento es que, aunque es legal producir este tipo de biocombustible, aún no es legal utilizar el 100% de alcohol en los coches, por lo que habría que mezclarlo con gasolina.