Utilizar biobutanol como combustible no es ninguna novedad. Antes se producía de azúcares fermentados y de glucosa. Pero la producción a escala industrial no era posible debido a los elevados costes, bajo rendimiento y abundancia de los combustibles convencionales. Pero las condiciones han cambiado; nuestro medioambiente está contaminado, las reservas de combustibles fósiles se agotan y sus precios aumentan alarmantemente.
El ingeniero químico indio Nasib Qureshi ha probado nuevos métodos de producción del bioetanol. Su propuesta de fabricarlo a partir de la paja del trigo comenzó en 2003; escogió esta materia prima por su abundancia y su bajo coste.
La bacteria Clostridium es la favorita de los científicos para fermentar. Qureshi también escogió esta bacteria; la preparación de los biocombustibles se ha llevado a cabo siempre siguiendo cuatro pasos preparatorios que deben hacerse por separado y de forma secuencial: pretratamiento, hidrólisis, fermentación y recuperación. Estos pasos deben ser llevados a cabo por separado. Pero el investigador se desvió de este método combinando tres de los cuatro pasos. Primero trató la paja con ácido sulfúrico rebajado y otras sustancias químicas. Después fermentó el material en un bioreactor que contenía tres tipos diferentes de encimas comerciales y un cultivo de C. beijerinckii P260.
La bacteria y los encimas hicieron su trabajo simultáneamente. Primero los encimas hidrolizan la paja y liberan azúcares simples; después las bacterias empezaban a fermentar los azúcares para convertirlos en acetona, butanol y etanol. El butanol se produce en mayores cantidades siguiendo este proceso.
Quereshi tiene previsto producir en gran escala durante 2009.