Una vez plantado, el árbol tropical puede producir fruta durante más de 30 años, proporcionando empleo en las comunidades rurales. Y su aceite es altamente lucrativo debido a la alta productividad de esta planta.
Indonesia es ahora líder en la producción de un árbol versátil que produce aceite para cocinar, cosméticos y biodiésel. Pero el aceite de palma tiene costes adicionales bastante elevados, como que provocan la deforestación tropical para hacer sitio a sus cultivos, matando especies protegidas y provocando así mismo el desarraigo de comunidades locales, contribuyendo así mismo a la liberación de gases con efecto invernadero. Debido fundamentalmente a la producción de aceite de palma, Indonesia emite más gases con efecto invernadero que cualquier otro país, aparte de China y los Estados Unidos.
Como la mayor parte de los alimentos, el aceite de palma también aumentó de precio durante 2008, llegando a alcanzar los mil dólares la tonelada. Después de caer el 56% de su valor a finales de año, el precio desde entonces se ha asentado en 555 dólares la tonelada. La recesión mundial ha conducido a muchos productores a cancelar sus pedidos y se espera que no se creen plantaciones nuevas durante este año. El análisis espera que la demanda global retorne a los dos millones de toneladas por año. -Los precios volverán a subir, asegura Tim Killeen, que representa a la Organización internacional de Producción Sostenible de Aceite de Palma. -Sé que existe gran interés entre empresas de energía con mercados abiertos en Europa, asegura.
Entre el año 2000 y 2009, Indonesia produjo más de la mitad del mercado de aceite de palma, eclipsando la producción de Malasia de 2006 para convertirse en el líder mundial. Las exportaciones de aceite de palma indonesio se incrementaron en once millones de toneladas durante la década, aprox. un 27% anual.
Esta expansión se produjo a costa de la deforestación anual de 340.000 hectáreas de selva tropical indonesia. El gobierno planea establecer sobre millón y medio de hectáreas de nuevas plantaciones para 2010, según la Comisión Indonesia de Aceite de Palma. El grupo industrial estima que hay cultivadas más de 7 millones de hectáreas, y hay ya reservadas 24 millones más de hectáreas para futuras expansiones.
Pero esta expansión podría amenazar el hábitat natural de varias especies en peligro de extinción, tal y como el Centro para la Protección del Orangután advirtió el año pasado.
Hasta hace poco, se consideraban los biocarburantes como una posible solución al cambio climático, pero se ha descubierto que la deforestación que produce el cultivo de las plantas que son la materia prima es una solución contraproducente.
Fuente: WorldWatch Institute