Es comprobable fácilmente con un breve recorrido por las Embajadas o Cámaras Comerciales, como estas últimas, que gestionan para estas Empresas Extranjeras reuniones con los gobiernos, instituciones o Empresarios locales a fin de identificar desarrollos que satisfagan sus necesidades.
Pero es bien sabido los combustibles biodegradables no pueden reemplazar en la matriz energética al combustible fósil.
Tomando en cuenta el área cultivable, se necesitaría el equivalente de seis mundos para el reemplazo completo de un combustible por el otro.
Por que entonces suscitan tanto interés los biocombustibles, si solo parcialmente podrá abastecer la demanda?
La respuesta no es difícil. Las reservas petroleras son escasas.
Argentina, según distintas fuentes, puede abastecer al mercado doméstico e internacional entre dos y seis años más.
De no cambiar las circunstancias inexorablemente deberá importar, y aquí encuentra explicación la alineación estratégica con Venezuela. Pese a sus diferencias ideológicas el Gobierno Nacional abraza su peldaño de salvación en la futura crisis energética.
Países como Brasil exploran su mar continental en aras de estirar el periodo fosilizo.
Sus recientes hallazgos abren un camino de esperanza en el periodo petro dependiente.
Pero cuanto tiempo durará esta alegría? Que sucederá luego?
El petróleo se agota irremediablemente y su quema contamina en grande.
El mundo se apaga como una vela suavemente. Que opciones existen? La respuesta excedería este trabajo pero se avizora un panorama donde la inversión en biocombustibles genera expectativas de buena rentabilidad a mediano plazo y soluciones medioambientales hasta entrar en la próxima revolución energética, donde las nuevas energías coparan los mercados.
Podemos producir biocombustibles sin dejar de producir alimentos.
Una economía mundial en crecimiento, con mayor demanda de alimentos requiere de combustibles para sembrar y cosechar granos, transporte de materias primas, mercaderías, personas, etc.
Afirmamos claramente que aquellos que no planifiquen seriamente la cuestión energética en muy pocos años no podrán dejar de pagar sus consecuencias.
No es una cuestión de azar que el mayor número de empresas que exploran el cono sur sean de bandera europea. Su superficie cultivable es muy pequeña en relación al consumo. Sus economías además se ven dependientes y potencialmente amenazadas por efecto de sus proveedores -gas ruso, petróleo de medio oriente.
El gran desafío hoy es producir alimentos, transformar el spellet en proteína (carne, huevo, leche) y le mercado colateral, aunque no menor, será el de los biocombustibles.
Por todo ello podemos afirmar que América del Sur sea un continente inexistente. "Hoy el Sur también existe" gracias a la oportunidad que nos brindan los biocombustibles.