En su publicación anual, El Estado Mundial de la Agricultura y la Alimentación, la FAO analiza
la situación de los biocombustibles y su repercusión sobre la agricultura y la alimentación a nivel mundial.
En él, se analizan tanto los pros como los contras del uso de este recurso energético.
La producción de biocombustibles basada en productos agrícolas creció más del triple entre 2000 y 2007, constituyendo actualmente casi el 2% del consumo mundial de combustibles para transporte.
En un lado de la balanza se encuentran las enormes posibilidades de desarrollo de zonas rurales pobres, aunque sería necesario eliminar aranceles y las subvenciones que reciben los agricultores de los países ricos. Además, debería crearse una infraestructura, formación y financiación, entre otros aspectos.