Los niveles de emisión ya han disminuido un 2% durante este año gracias a que los modelos más antiguos de aviones han sido reemplazados por otros nuevos que son más eficientes.
La Comisión parla a la investigación Aeroespacial en Europa ha puesto tres objetivos diferentes para la industria, que deben haberse cumplido en 2020: se trata de reducir las emisiones de CO2 en un 50% por km/pasajero, y en un 80% cuando se trata de NOx; también se pretende reducir el ruido en un 50%.
El desarrollo de los motores contribuirán a las reducciones de CO2 en un 15 a 20%. Los avances en la tecnología de la construcción del aparato -utilizando por ejemplo materiales más ligeros- puede suponer un 20 a 25%, y un 5 a 10% puede conseguirse con una mejor gestión del tráfico aéreo.
Una de las problemáticas a las que se enfrentan los ingenieros aeroespaciales es que recortar las emisiones de CO2 utilizando la tecnología actual suele significar un incremento en NOx, mientras que reducir los niveles de ruido incrementa las emisiones de CO2.
La industria está trabajando en nuevas tecnologías. Un consorcio de fabricantes, incluído Rolls-Roce, está trabajando en el desarrollo de un motor más ecológico, con un presupuesto de 150 millones de euros.
Los factores medioambientales no son los únicos factores presentes en este intento de reducir emisiones. La industria aeronáutica también un interés propio en recortar emisiones, ya que menos emisiones también significa recortar el gasto en combustible. Ahora mismo la presión no es la misma que hace unos meses, cuando el barril alcanzó los 147 dólares, pero aún así supone una proporción importante de su presupuesto, y en estos momentos de crisis, las aerolíneas pretenden minimizar cualquier gasto.