Cuestionado sobre si estaba de acuerdo en que se suspendan o se reflexione sobre los biocombustibles, Strauss-Kahn respondió positivamente, pero precisó que ello debería producirse "cuando (se) utilizan productos alimentarios".
"El problema (energético) del planeta, que es muy importante pero que no se resolverá con los biocombustible pues los motores de hidrógenos serán mucho más eficaces de aquí unos años, debe compararse con el hecho de que la gente va a morir de hambre", alegó.
Esta toma de posición del director general del FMI contribuye a la polémica que se plantea en torno a la producción de combustibles a partir de materias primas alimentarias.
"Los biocombustibles son un tema mundial de debate, porque tiene implicaciones en el área de energía, medio ambiente y agricultura", señaló esta semana a la AFP Guilherme Schuetz, oficial de agroindustria de la FAO y coordinador del grupo de bioenergía.
"La producción agrícola con fines alimentarios debe ser claramente prioritaria", aseguró el lunes el ministro francés de Agricultura, Michel Barnier, al proponer una iniciativa europea frente al aumento de precios de las materias primas y la crisis alimentaria.
Ese mismo día, el relator especial de la ONU para el Derecho a la Alimentación, el suizo Jean Ziegler, calificó la producción masiva de biocombustibles de "crimen contra la Humanidad" por su impacto en los precios mundiales de los alimentos, en declaraciones a una radio alemana.
Ziegler unió su voz a los críticos de este recurso, que afirman que el uso de tierras fértiles para producir cultivos destinados a fabricar biocarburantes ha reducido las superficies destinadas a los alimentos, desencadenando así la inflación de los productos alimenticios.
"El verdadero crimen contra la Humanidad será descartar a priori a los biocombustibles, y relegar a los países estrangulados por la falta de alimentos y energía a la dependencia y la inseguridad", afirmó también el lunes el presidente brasileño Luiz Inacio da Silva, al inaugurar en Brasilia la XXX Conferencia regional de la FAO.
Brasil es el mayor exportador mundial de biocombustible a base de etanol, detrás de Estados Unidos, con 22.000 y 28.000 millones de litros en 2007 respectivamente.
Mientras Estados Unidos elabora el combustible a partir del maíz, Brasil lo hace mayormente a partir de la caña de azúcar, y sus dirigentes argumentan que no por eso ha dejado de ser un gran productor y exportador de alimentos.
La producción de biocombustibles debe tener en cuenta el derecho a la alimentación y la seguridad alimentaria de los pueblos, recomendaron por su parte los 33 países latinoamericanos y caribeños asistentes a la Conferencia Regional de la FAO en Brasil.
Insistiendo en el problema de la crisis alimentaria, el director general del FMI se mostró bastante pesimista.
"En lo que se refiere a los motines del hambre, lo peor está por venir (...) todo esto es extremadamente grave", destacó Strauss-Kahn, para quien la crisis alimentaria conlleva "riesgos de guerra".