El coste de la medida es de 1 euro el metro cúbico y, según el consistorio, la cesión no perjudicará a Tarragona, porque la ciudad se abastece con agua proveniente del Ebro. A pesar de eso, la oposición del PP i CiU ha votado en contra.
La concesión se ha aprobado con los votos a favor del PSC y ERC y el rechazo de la oposición. Convergència i Unió argumenta que Tarragona tendría que usar su propia agua para reducir la presión sobre el río Ebro, mientras que el PP se ha preguntado si la nueva cultura del agua se ha convertido en el «negocio del agua».
El gobierno municipal, en cambio, ha defendido el contrato y ha añadido que, en el supuesto de que no haga falta el agua en Barcelona, Tarragona «sale ganando», porque ya se han hecho obras de mejora de los pozos y de la canalización hacia el puerto, que han supuesto una inversión hasta ahora de 2,24 millones de euros.