Aunque el acuerdo no es jurídicamente vinculante, establece normas para combatir la deforestación y prevenir la degradación de estos ecosistemas.
El presidente de la Asamblea General, Srgjan Kerim, se manifestó complacido por la decisión.
Destacó que los bosques desaparecen a un ritmo de 350 kilómetros cuadrados por día.
Kerim sostuvo que este instrumento pretende mucho más que proteger los árboles.
“Ciertamente hay un creciente reconocimiento global del papel que los bosques desempeñan en la estabilización del cambio climático y la protección de la biodiversidad y los ecosistemas. Y no olvidemos que más de 1.600 millones de personas dependen de los bosques para obtener combustibles, alimentos, medicinas y sus medios de subsistencia”, dijo el presidente de la Asamblea General.
Añadió que la gestión sostenible de bosques es un método para que los recursos forestales se utilicen a un ritmo que satisfaga las necesidades de la sociedad y asegure la regeneración de los bosques y su vitalidad.