Sólo la provincia de Jaén cuenta con 600.000 hectáreas de olivares; si se aprovecharan los residuos que generan estos árboles como biomasa, se podría producir suficiente electricidad para abastecer toda la provincia e incluso sobraría para venderla a otras regiones.
Según la Agencia Andaluza de la Energía, el 16% de la biomasa aprovechable en Andalucía podría provenir de la poda del olivar, si ésta fuera usada en todo su potencial. En este sentido, con los 2.500 kilos de residuos de poda del olivar por hectárea, se podrían producir 1.770 millones de litros de etanol al año, cosa que equivale a un 15% del consumo total anual de gasolina en España y que tendría un valor de mercado de unos 2.000 millones de euros.
Opciones de negocio frustrados
Este panorama favorable está posibilitando que surjan nuevos proyectos de negocios, que podrían diversificar y fomentar la economía de la zona. Sin embargo, agricultores y emprendedores se encuentran con ciertos obstáculos.
En primer lugar, la baja prima que reciben los agricultores por el alperujo (residuo obtenido en la extracción del aceite) y por los residuos forestales, que apenas llega a siete céntimos el kilovatio. En este sentido, el sindicato Comisiones Obreras considera que se deben aumentar entre un 50% y un 70% las primas a los agricultores.
Por otro lado, en España no existe una legislación que fomente la utilización de la biomasa. Así por ejemplo, aquí la ley no permite quemar el orujillo en las centrales térmicas para generar energía, mientras que en otros países europeos sí es posible. Esto provoca que el 50% del orujillo producido en Jaén deba ser exportado a industrias eléctricas del Reino Unido, Bélgica e Italia.
En total, el pasado año se produjeron 700.000 toneladas de orujillo en todo el ámbito nacional, de las cuales el 40% proviene de Jaén.