7/05/2007 - 07:50h

Biocombustibles: más allá del etanol

Mientras que los Estados Unidos busca combustibles alternativos al petróleo, el etanol avanza rápido y se está erigiendo como principal candidato. Los granjeros han comenzado a plantar maíz con la esperanza de que su nuevo uso potencial se convierta en una fuente de riqueza.
Pero muchos no se percatan que existen otras formas, además del maíz, para proporcionar una fuente de energía alternativa a los combustibles fósiles.

Los científicos estudiaron las emisiones de gas del invernadero y la bioenergía del maíz, del álamo híbrido, del llamado ‘switchgrass’ (un tipo de césped: Panicum virgatum), entre otras, para determinar la eficacia de varias biocosechas en términos de la consumo y generación de energía.

Investigadores de diferentes universidades norteamericanas han comparado las emisiones del gas del invernadero y las producciones de biomasa para el maíz, la soja, la alfalfa, el álamo híbrido, el alpiste de lámina y el switchgrass. Los resultados del estudio demostraron que en comparación con la gasolina y el diesel, el etanol y el biodiesel del maíz y las rotaciones de la soja redujeron emisiones de gas del invernadero en casi un 40%, mientras que el alpiste de lámina lo hicieron en un 85% y el switchgrass y el álamo híbrido, un 115%.

Tanto el switchgrass y el álamo híbrido reducen notablemente las emisiones, en comparación con otros biocombustibles, y emiten la mitad menos que los combustibles fósiles cuando se utilizan para la producción eléctrica vía la gasificación de la biomasa.

De esta forma, los granjeros tendrán una gran variedad de opciones para cosechar materias primas para biocombustibles.

Mientrastanto, los investigadores analizan las consecuencias que esto tendrá para el medio ambiente, ya que por ejemplo, se ha detectado que en la producción de estos biocombustibles se genera nitrógeno, una de las mayores fuentes de producción de gas de efecto invernadero.
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