9/06/2006 - 11:39h

El etanol en USA

La industria automovilística en Estados Unidos ya le ve las orejas al lobo, y busca alternativas a los combustibles fósiles, especialmente, etanol fabricado con maiz que crece dentro del los mismos estados norteamericanos. Algunos economistas de este país consideran esta solución una ineficiente forma de subsidiar a los agricultores del Midwest

Las marcas japonesas automovilísticas atacan el mercado estadounidense ofreciendo coches híbridos, pero los 'yankies' están ya mostrando su preferencia hacia los coches flexi-fuel, es decir, aquellos que pueden funcionar indistintamente con gasolina y con etanol, de los que ya circulan cinco millones en Estados Unidos. La dificultad inicial estriba en que, a pesar de la cantidad de vehículos que tienen la capacidad de usar ese combustible, apenas hay 700 estaciones en todo el país que lo suministre. Los fabricantes Ford, General Motors y Chrysler ya han solicitado ayuda al Congreso para facilitar la distribución del biocombustible.

Esta fuente de energía alternativa también tiene sus detractores, entre los que se cuentan algunos economistas que mantienen la ineficacia energética de su uso, ya que para transformar el maiz en en etanol se usan combustibles fósiles tradicionales y, según David Pimentel, profesor de Cornell, en su fabricación se consume un 29% más de energía que la que produce. El etanol fabricado en Brasil resulta mucho más barato y eficiente, pero su importación está supeditada al pago de unas tasas que lo equiparan en precio al producido en USA. De esta forma, algunos economistas mantienen que 'el etanol, más que un combustible, es un subsidio a la agricultura norteamericana'.

Hasta aquí la situación en Estados Unidos, donde parece que pintan bastos. Brasil y Suecia lo consiguen más barato, porque no lo producen a partir del maiz, que es menos eficiente, sino a partir de derivados de la celulosa o del azúcar.

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