13/03/2006 - 10:00h

El Plan de Acción de la Biomasa de la UE

'La biomasa tiene futuro en la UE', dijo el pasado 23 de enero elpresidente en ejercicio del Consejo y ministro austriaco de Agricultura, Josef Proll, mientras presentaba a sus colegas el plan de trabajo de la presidencia para el capítulo agrícola. Y, a juzgar por la que está cayendo, mejor que la tenga, debieron decir todos los ministros al unísono, tras haber asistido unas semanas antes a la pataleta rusa en forma de cierre del grifo del gas, que afectó en pleno invierno a muchos países europeos.
La Comisión Europea no ha perdido ni un minuto y ya prepara una revisión de su política energética que se plasmará en un nuevo Libro Verde que estará listo esta primavera y que girará en torno a tres objetivos: competitividad, sostenibilidad y seguridad de suministro. La biomasa tiene mucho que decir porque actualmente representa cerca de la mitad de la energía renovable utilizada en Europa.

Pero tratándose de la UE y tratándose de agricultura, cada Estado miembro es un punto de vista, lo que demuestra las notables diferencias del peso del sector agrícola en cada país, que se traduce en continuos tiras y aflojas sobre las ayudas públicas que debe recibir la agricultura. Diferencias que también afectarn a una estrategia común sobre biocombustibles. Al fín y al cabo, potenciar esta fuente de energía supondrá potenciar la agricultura y la industria forestal, que no se valora de igual manera en el Reino Unido, Finlandia o España.

El Plan de Acción de la Biomasa (PAB) establece medidas para incrementar el desarrollo de la energía de la biomasa a partir de madera, residuos y cultivos agrícolas
, creando incentivos basados en el mercado para su utilización -para calefacción, transporte o generación de electricidad- y eliminando obastáculos para el desarrollo del mercado, por ejemplo las normas que determinan que el gasóleo debe contener como máximo un 5% de biodiésel. Pero mientras existe ya una legislación europea clara en materia de biocarburantes y electricidad con renovables, falta una apropiada para la producción de calor, a pesar de que es donde se emplea la mayor parte de la biomasas consumida. Por eso la UE quiere trabajar en una legislación específica relativa a la ener´gia renovable en la producción de calor a lo largo de 2006. También esta preparando un Plan de Acción Forestal que será adoptado este año.

La reforma de la Política Agraria Común estableció en 2003 una ayuda de 45 euros por hectárea a todos los agricultores que dediquen sus tienrras al cultivo de biocombustibles. Algunos países como Italia, Bélgica, Lituania o Chipre consideran esta cantidad insuficiente. La comisaria de Agricultura y Desarrollo Rural, Marianne Fishcer-Boel, que también cree que la agricultura tiene una 'magnífica oportunidad' de contribuir al fomento de las energías renovables y al mantenimiento de la actividad en el entorno rural, ha dicho al respecto que a finales de año se hará una primera valoración del funcionamiento del plan para ver si conviene revisar estas ayudas.

La comisaria ha tenido palabras para otros países com Francia, Italia y Austria que plantean fijar aranceles elevados a la importanción de biomasa, como ya sucede con tantos otros productos agrícolas.

Marianne Fischer-Boel 'no tiene la intención de construir una Europa-ciudadela cerrada a la producción de fuentes de energía renovable'. Y piensa que 'se trata de lograr una situación equilibrada. Nosotros queremos producir, pero también podemos importar'. Se calcula, por ejemplo, que el bioetanol producido por Europa en 2010 costará en torno a 900 euros por tep, mientras que si se compra en Brasil, saldría por 680 euros. Por lo que la UE piensa que un adecuado sistema de aranceles podría lograr un equilibrio entre el bioetanol europeo y el de importación.

Pensar en un 100% de producción interna parece poco realista. Para alcanzar en 2010 el objetivo del 5.75% de biocarburantes la UE necesitará disponer de 18.6 millones de tep de combustibles biológicos. Contando con que los tres cultivos principales para lograrlo serían la remolacha, los cereales y la colza, sería preciso disponer de unos 17 millones de hectáreas, de las 97 que actualmente se dedican a la agricultura. Pero el mismo plan también avisa de la importancia de no desequilibrar los sistemas de producción de alimentos en los países en desarrollo que puedan exportar materias primas para la producción de biocarburantes.

La opinión española

La Ministra de Agricultura española, Elena Espinosa, también mostró en la reunión del Consejo de Ministros de la UE del 23 de enero, su apoyo al Plan de Acción de la Biomasa, porque es 'una buena oportunidad para la agricultura española'. Espinosa ha resaltado dos cuestiones especialmente importantes desde la perspectiva agraria. La primera, que se debería hacer más hincapié y desarrollar de forma más amplica la utilización de los residuos ganaderos y de otros subproductos vegetales y animales como biomasa para la obtención de calor y energía eléctrica. La segunda cuestión es la necesidad de analizar el impacto que los planes de acción de la biomasa puedan tener sobre los mercados de los productos agrarios que son la base de la obetención de los biocarburantes, sobre todo, los cereales y las oleaginosas.

Resumen del Plan

  • La UE consume hoy 69 millones de toneladas equivalentes de petróleo (tep) con biomasa, con lo que cubre el 4% de sus necesidades energéticas.
  • Si utilizase todo supotencial podría llegar a 189 millones de tep en 2010, y 239 millones en 2020
  • De este modo, la cuota de energías renovables crecería un 5% y la dependencia energética bajaría del 48% al 42%
  • Las emisiones de gases de efecto invernadero se reducirían en 209 millones de toneladas de CO2 al año
  • El aprovechamiento de la biomasa daría empelo directo a unos 300.000 personas, la mayoría en zonas rurales
  • El petróleo podría reducir su precio en torno a un 10% como consecuencia de una menor demanda de crudo
  • 56 millones de ciudadanos de la UE tienen calefacción urbana colectiva. El 61% de ellos vive en los nuevos Estados miembros. Estos sistemas podrían transformarse para utilizar biomasa
  • La UE apoya la iniciativa de varios Estados, como Francia y Austria, conocida como 'obligaciones de biocarburantes', sistema mediante el cual exigen a las empresas suministradoras de combustibles que incorporen un determinado porcentaje de biocarburantes en los combustibles que ponen en el mercado
Fuente: Energías Renovables, febrero de 2006
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