La UE ha decido organizar una subasta para dar salida a 653.381 hectolitros de vino almacenado en Francia, Grecia, Italia y España; en este último, se pujará por tres lotes de 50.000 litros.
Con esta iniciativa, se pretende destinar los tanques de vino inutilizados de estos cuatro países a la fabricación de bioetanol, un combustible renovable que se añade a la gasolina.
Con esta medida, la UE pretende solucionar los problemas de abastecimiento que sufren los productores de bioetanol, como por ejemplo, el encarecimiento de un 25% de los cereales, que son la base de la fabricación de este biocarburante.
El Organismo de Intervención comunitario compra a cada país los sobrantes en el mercado vitivinícola -en aplicación de la Política Agraria Común- con el objeto de regular el sector. Esos excedentes se convierten en alcohol de 92 grados por destilación y se venden en España a través del Fondo Español de Garantía Agraria.
Pero la novedad de esta última subasta es que sólo podrán concurrir aquellas empresas que vayan a usar el alcohol como materia prima para producir bioetanol. Hasta ahora, los fabricantes de este biocombustible han tenido que competir con el sector industrial.
En España existen diferentes plantas dedicadas a la elaboración del bioetanol. Una de ellas se inauguró en febrero en Alcázar de San Juan en febrero y, con una producción de 33 millones de litros anuales, es la única del país que se alimenta sólo de alcohol procedente del vino.