Desde hace algunos años, existen sistemas de calefacción y producción de agua caliente sanitaria que utilizan la biomasa como fuente de energía. La biomassa es aquella materia orgánica, originada en un proceso biológico, espontáneo o provocado, utilizable como fuente de energía. De hecho, la energía de biomasa que procede de la madera, residuos agrícolas y estiércol, continúa siendo la fuente principal de las zonas en desarrollo.
En algunos casos también es el recurso económico más importante, como en Brasil, donde la caña de azúcar se transforma en etanol, y en la provincia de Sichuán, en China, donde se obtiene gas a partir de estiércol.
En general, la biomasa es un combustible más barato que las energías convencionales. La opción de la biomasa es especialmente recomendable para substituir instalaciones de calefacción de carbón, ya que pueden aprovechar el mismo lugar de almacenamiento del combustible.
En el mercado existe toda una gama de calderas a partir de 90 kilowatios de potencia para instalaciones colectivas y también pequeñas calderas o estufas para calefacción individual.
Las modernas calderas de biomasa disponen de alimentación en continuo y automatizada de combustible; y limpieza automática del intercambiador, con rendimientos de hasta el 90% y sin producción de humos visibles. También hay sistemas de compactación de cenizas que evitan tener que retirarlas todos los dias, reduciendo esta tarea a dos o tres veces por temporada.
El uso de biomasa en nuestros sistemas de calefacción supone una disminución drástica en la emisión de dióxido de carbono, ya que el producido por la combustión de la madera ha sido previamente, absorbido por esos mismos árboles, en la función de fotosíntesis.
Fuente: La verdad de Murcia casa abierta, 23 de Julio de 2006