27/04/2006 - 12:57h

La escasez de bioetanol platea dilemas sobre la viabilidad de su uso

Brasil es el país pionero en la fabricación de etanol y en su uso en la automoción, pero la circunstancia de que sea el único gran productor de esta renovable, fomenta un temor al desabastecimiento que bloquea el aumento del uso de este biocombustible.

Con el precio del petróleo en la nubes, el temor a una escasez del crudo y las exigencias medioambientales del Tratado de Kioto acucian. Todos los ojos se han girado hacia el bioetanol como un combustible alternativo, y Brasil, principal productor y exportador de este producto, es todo un ejemplo a seguir para el resto. España, con todo, no anda a la zaga y Agengoa Bioenergy está construyendo en Salamanca la mayor planta de bioetanol de toda Europa.

El bioetanol es más barato y no emite CO2, responsable del efecto invernadero. Desde diciembre, sin embargo, el precio del bioetanol se ha disparado, pasando de 0.34 euros a 0.46 euros el litro, haciendo que muchos consumidores prefieran la gasolina y poniendo en entredicho la panacea de los combustibles. 'Si el precio siguiera tan alto, dejaría de ser una alternativa interesante al petróleo', explica Fabio Meneghin, analista de Agroconsult.

En esta época del año, periodo entre dos cosechas de la caña de azúcar con la que se fabrica, el precio generalmente sube, pero este año además se ha producido una demanda inédita e imprevisible que la oferta no ha podido cubrir. 'La entrada del coche biocombustible (de motor flexi-fuel) fue muy intensa y rápida', afirma Henry Joseph Junior, presidente de la comisicón de ener´gia y medio ambiente de Anfavea (Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles). La explosión de la demanda de bioetanol también ha estado causada por un aumento de las exportaciones, que han pasado de 700 millones d elitros en 2003 a 2.600 millones de litros en 2005.

De forma paralela, y para restar algo de tensión al suministro de combustibles, el presidente brasileño, Luiz Inácio Da Silva, puso el pasado sábado en funcionamiento una plataforma marítima que dará autosuficiencia petrolera al país. Se trata de la plataforma P50 de la empresa estatal Petrobras, de 77.000 toneladas y fondeada en aguas atlánticas de la cuenca de Campos. Tiene capacidad para extraer 180.000 barriles diarios de petróleo, según informa EFE.

La paradoja de ser pioneros

Sin embargo, sobre Brasil pesa la amenaza del desabastecimiento de bioetanol, que a su vez, influiría en el precio. Y es que de los 6.000 millones de litros al año que se venden de este alcohol en el mundo, Brasil aporta casi el 50% y, de momento, no hay ningún país competidor. Lo que podría parecer una ventaja, es una barrera. 'La capacidad de producción es muy grande, y a un precio competitivo, pero ningún país usará bioetanol si Brasil es el único que lo produce, porque no tendrían garantizado el abastecimiento ni el precio', explica Henry Joseph Jr.

Un ejemplo es Japón, potencial importador, que tiene planes de añadir un 3% de alcohol a la gasolina, pero que aún no se ha decidido por temor a un desabastecimiento. Los países con más potencial de producir son en la actualidad China e India, que aún no cubren sus necesidades e importan el producto.

Para atender la demanda externa,que se espera se duplique en 2015, Brasil necesita inversiones de 15.000 millones de dólares. Se prevé que 2.000 millones los aporte el propio sector y que el resto llegue de otras fuentes. 'Será una alternativa para los grandes grupos azucareros europeos, sobre todo alemanes y franceses, que perderán las subvenciones de la UE y pueden emigrar a Brasil', anticipa Meneghin.

Los coches de motor flexi-fuel, consumen indistintamente gasolina y etanol

La explosión del uso de alcohol como combustible alternativo a la gasolina se ha debido a una tecnología reciente en la que los brasileños son pioneros: el coche flexfuel. Este automóvil funciona con gasolina, alcohol, o cualquier proporción de mezcla de estos dos combustibles, indistintamente. Su comercialización se inició en marzo de 2003 y la aceptación entre los consumidores ha superado todas las expectativas. Ese año sólo un 6% de los coches que se vendían en Brasil fueron flexfuel. En 2004 ese porcentaje subió al 25.9%; en 2005 pasó al 53%, y en enero de este año, se disparó hasta el 73%.

Hasta 2002 no se creía en el alcohol como alternativa al petróleo, pero la tecnología de los biocombustibles devolvió la confianza en él'. Y es que la experiencia de Brasil con el alcohol es antigua, pero no satisfactoria. Como salida ala crisis del precio del petróleo de los setenta, el Gobierno brasileño implantó un programa para adoptar el alcohol como combustible y los coches movidos sólo a bioetanol llegaron a suponer el 76% de todo el parque nacional. Una subida internacional de azúcar hizo que los productores de caña dejaran de destilar alcohol en favor del azúcar, que aportaba más beneficios, desabasteciendo el mercado interno.

Desde entonces, y hasta 2003, cuando se empezaron a vender los coches flexfuel, el alcohol estaba desprestigiado. Ahora, sin embargo, todas las importantes marcas de coches de Brasil lo fabrican. La pregunta es cómo resistirá el bioetanol a esta nueva crisis.

Fuente: El Economista, 24 de abril de 2006

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