22/10/2009 - 12:06h

La experiencia de una comunidad de Oviedo con una caldera de pellets

Caldera de pelletsTodos somos prudentes cuando se trata de tecnologías poco conocidas aún. Las calderas de pellets han sido ya largamente usadas en varios países centroeuropeos, pero aún son poco conocidas en España, aunque su uso se extiende. Presentamos aquí la experiencia de una comunidad en el uso de su caldera de pellets.

 

 

La biomasa como combustible alternativo a los de origen fósil -gasóleo, gas natural o carbón- se abre paso no sólo en la industria, sino en el ámbito doméstico, debido sobre todo a la impresionante subida de los precios del petróleo del año 2008 y a la inestabilidad del mercado de los combustibles fósiles. Este duro invierno ha sido la prueba de fuego para las calderas de biomasa que una comunidad de más de 400 vecinos de Oviedo decidió instalar hace 3 años. Su presidente y el administrador nos cuentan la experiencia.

Preocupados por el alza del precio del gasoil, hace tres años, cuando estaba aún a 60 céntimos el litro,la cooperativa de consumo Alfonso I de Oviedo, con su presidente Avelino Ojanguren y el administrador-contable Miguel Sanz a la cabeza, decidió buscar una alternativa al gasto que se avecinaba, sobre todo durante los inviernos.

Estudiaron varias posiblidades: placas solares, gas natural... pero finalmente se decidieron por la bioenergia. No fue fácil convencer a la comunidad de vecinos con algo tan novedoso, pero al final los números hablaron.

Sustituir el gasoleo

La sustitución de las 4 calderas de gasoil por dos calderas de biomasa Danstoker de 2.000 kW cada una, supuso una inversión de 800.000 euros, financiados  mediante un leasing a 5 años con la Caja Rural de Asturias y una subvención de 240.000 euros,concedida por el principado de Asturias. Cuando la instalación empezó a funcionar, el gasóleo de calefacción estaba a 80 céntimos el litro, lo que hubiera supuesto un importante incremento de la cuota de haber continuado con la caldera de gasoil.  De momento los vecinos seguirán pagando lo mismo que pagaban antes hasta finalizar el leasing, pero el ahorro anual conseguido con el cambio de sistema de 2008 fue de 120.000 euros. Hay que recordar que en 2008 el gasóleo llegó a pagarse a 93 céntimos.

Con el precio actual del gasóleo, el ahorro no es tan importante, aunque Miguel se muestra totalmente convencido de que "La caída del precio del gasóleo es totalmente transitoria, y la historia demuestra que la tendencia del precio del petróleo es siempre ascendente". Aún con todo, piensa que el precio de los biocombustibles sólidos es alto, y que con el gasóleo a un precio medio de 50 centimos de litro, hoy no sería tan rentable hacer el cambio.

422 viviendas

La instalación suministra agua caliente y calefacción a 422 viviendas y un gimnasio, distribuidas en 15 bloques. La potencia instalada es suficiente para proveer de calor a un grupo mayor de usuarios y, de hecho, la cooperativa Alfonso II está dando precios a comunidades próximas que se calientan con carbón o gasóleo. Sobre todo en este último caso, los potenciales nuevos usuarios están estudiando conectarse a este "District heating", pues están viendo la rentabilidad de utilizar biomasa. Estas nuevas comunidades no tendrían que preocuparse siquiera por el suministro, que está centralizado en el primero de los bloques de la comunidad inicial.

Combustible


Las calderas están preparadas para quemar pellets, hueso de aceituna, biomasa en general, de pequeño tamaño y baja humedad.

El IDAe les facilitó una lista de suministradores de pellets en España. Hasta ahora han utilizado pellets de pino de 6 mm de Salamanca, aunque eel ultimo combustible que están utilizando es de madera de roble de Portugal, y aseguran que también les va muy bien. Calcula que las cenizas producidas están en torno a un 0,5%.

En una ocasión, emplearon orujillo y tuvieron algunos problemas de humo y olor. La comunidad se encuentra en una zona céntrica, muy cerca de un hospital, por lo que no pueden generar ningún tipo de emisión, aunque se trate únicamente de vapor de agua.

De hecho, el resto del tiempo no han tenido ningún problema de emisiones, y "sabemos que estamos por debajo de las emisiones que causaría el gas natural, por unas mediciones que se han hecho recientemente. Es prácticamente imposible saber desde afuera si la caldera está apagada o encendida".

El rendimiento de las calderas es muy bueno, gastan un poco por debajo de los 2 kg de biomasa equivalente al litro de gasoil que gastaban antes. El suministro llega en camiones cisterna completos de 25 toneladas, una o dos veces por semana.

El precio de los pellets en este año de funcionamiento no ha variado significativamente, aunque ha subido algo. "Hay muchas bioasas, de muchas calidades y precios. Si quieres un producto bueno que se pueda quemar sin problemas, hay que pagarlo", asegura Miguel Sanz.

La instalación


el silo donde se almacena el pellet previo a la entrada a la sala de calderas tiene 250 m3 y está enterrado en el lugar donde se ubicaban los antiguos tanques de gasóleo.

El silo tiene un sistema de arrastradores hidrúaúlicos que mueven el pellet hacia el centro del mismo desde donde entran a un tornillo sinfíny, de ahí,a otro más grande que desplaza el pellet hasta el minisilo situado a la entrada de las calderas.

Ordenador central

Cuando el minisilo está bajo de combustible, unos sensores  -una sonda lambda-, envía una señal al ordenador que manda la orden de cargar pellets hasta que alcancen el nivel establecido para que se detenga la carga. El ordenador controla también la cantidad de oxígeno que se necesita para una correcta combustión mediante un sistema SCADA. Por otro tornillo sinfín, el material entra en la caldera. En la entrada hay una válvula rotativa que impide que haya retr-ocesos. Los alimentadores introducen la cantidad de pellet a la caldera que el ordenador calcula a cada momento.

Las calderas están equipadas con horno de combustión refigerado, quemadores Linka y cámara de depresión.

Sistemas de seguridad y limpieza


La instalación consta de tres sistemas, el primero evita que el sistema se apague y las calderas se queden sin combustible. Un segundo dispositivo, en caso de aumento de la temperatura o presión de la caldera, hace parar la caldera. Y, en caso de que fallen los anteriores, un tercer sistema inundaría de agua la caldera para evitar cualquier posible incendio.

Cada caldera lleva un sistema automático de limpieza a través de unos pirotubos que cada cierto tiempo meten aire a presión para retirar hacia atrás los restos de cenizas, mejorando el rendimiento de la caldera y retrasando la limpieza manual de la caldera.

No existe un sistema de recuperación de calor de los humos. El sistema de ciclones aprovecha un poco mejor la temperatura, pero no podemos emitir temperatura de humos por debajo de esto, porque si no, habría sulfuración en la chiminea".

En los ciclones se eliminan todas las partículas de ceniza que salen de la chimenea que sobrepasen las dos micras. "De emisiones estamos muy, muy por debajo de lo que sería el gas natural".

Por unos sinfines se conducen las cenizas del sistema de limpieza de las calderas hacia los ceniceros. Las cenizas procedentes de la limpieza de los humos en los ciclones también son recogidas en estos contenedores.

Mantenimiento

Una vez realizados todos los ajustes en la instalación, ésta no ha dado ningún problema, si bien el mantenimiento es más laborioso que el de una caldera de gasóleo o gas, sobre todo por las cenizas y la limpieza que necesitan las calderas. A pesar de ello, "consideramos que merece la pena frente al uso de los combustibles fósiles", asegura Miguel Sanz.

La limpieza manual de las calderas se realiza una vez al mes o cada 200 toneladas de pellets consumidos. Las cenizas se retiran cuando se llenan los contenedores, lo que ocurre cada mes y medio. El mantenimiento de la sala de calderas lo lleva una empresa y un operario propio.

La ceniza se lleva a un punto verde mediante un camión contenedor que los visita de vez en cuando.

La longitud total de la red es de 4 km. Las pérdidas de calor se consideran muy pequeñas, puesto que las tuberías están muy bien aisladas. "Desde que el agua sale de aquí hasta el último punto, en la zona de impulsión, tenemos una diferencia de temperatura de un grado".

La tubería es la misma que existía, salvo en algunos puntos en los que se ha renovado porque era necesario. Son tubos de 12 pulgadas, de acero, recubierto de fibra de vidrio y una capa de alquitrán, y el protector es de aluminio. No emplean doble tubo, pero el que pongan nuevo a partir de ahora será de polietileno.

Emisiones


Los vecinos de la cooperativa Alfonso II de Oviedo han cambiado su instalación por un motivo fundamentalmente económico, pero al mismo tiempo han dejado de utlizar 750.000 litros de gasoil al año, lo que equivale a un ahorro de 2.000 toneladas de emisiones de CO2 al año.

Fuente: Conaif
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