8/04/2006 - 10:00h

La situación de los biocombustibles en España

La reforma de la OCM del azúcar ha sido un rejón de muerte para el sector azucarero español. La organización agraria COAG cifra que la prupuesta comunitaria, cuya principal intención es la de darle la puntilla a un mercado poco rentable, desacoplando las ayudas a la producción de remolacha, supondrá unas pérdidas anuales de 9510 millones de euros para el sector, entre industria y producción agrícola. Igualmente pone en peligro la continuidad del trabajo de 34.000 personas, repartidos entre la industria azucarera, que emplea a 4.000 trabajadores, y el campo, que ocupa a otros 30.000.
Sin embargo, lo que parecía una reconversión industrial, como las acontecidas a finales de la década de los 80 y prnicipios de los 90, puede convertirse en el impulso definitivo para el desarrollo del mercado de los biocombustibles. Isaías Pérez Saldaña, consejero de agricultura de la Junta de Andalucía, sintetiza este pensamiento en una frase: 'las reformas comunitarias que afectan a la remolacha, el azúcar y el algodón deben convertirse en oportunidades, y no en problemas para los agricultores'. La ventaja es que la crisis del sector agrícola ha coincidido con un escenario nacional en el que se buscan soluciones de forma desesperada pra cumplir con las obligaciones medioambientales fijadas en el protocolo de Kyoto, para desengancharse de la dependencia energética del petróleo y para dar el impulso necesario que aún no han cogido las energías limpias de nuestro país.,

El Plan Nacional de Energías Renovables, cuyo plazo de cumplimiento abarca los próximos cuatro años, establece el objetivo de que el 5.75% del combustible para el transporte (dos millones de toneladas equivalentes de petróleo) sea biocarburante en 2010. De estos dos millones de toneladas, 1.25 millones será biodiésel y 750.000 será bioetanol.

El biodiésel se obtiene de la transformación de aceites vegetales nuevos, extraídos de plantas oleaginosas (soja, girasol, colza, palma, maíz) o de aceites usados, procedente de talleres, cocinas o grandes industrias, y se puee mezclar directamente con el gasóleo. Si el porcentaje de mezcla es inferior al 5%, no es necesario que se indique que lleva biodiésel; si lo supera, sí debe especificarse en la gasolinera donde se reposte.

Por su parte, el bioetanol se obtiene por la fermentación de productos azucarados, como caá de azúcar, remolacha, trigo, maíz, cebada o sorgo. En Europa no se puede mezclar de forma directa con la gasolina -ya que los motores usado aquí no está preparados para ello, al contrario de lo que ocurre, por ejemplo, en muchos vehículos de Brasil-, y sólo está permitido una mezcla del 5% a través del ETBE, un aditivo para la gasolina que se obtiene de la mezcla de etanol con isobutileno (un subproducto de la destilación del petrólo).

Un vistazo a la situación actual de la producción de biocombustibles en España nos ofrece la fotografía de un mercado dominado por pequeñas industrias en el biodiésel -el mayor productor es Bionet Europa, empresa situada en Tarragona- y por Abengoa en el bioetanol, que es el primer productor europeo y el quinto en Estados Unidos. Pero esta visión es engañosa. El interés de la Comisión Europea y del Gobierno español porque se cumplan los objetivos marcados por las políticas energéticas nacionales y europeas (el 5.75% de la energía consumida por el transporte tiene que venir de combustibles limpios) ha dado un vuelco a la situación.

Las grandes multinacionales han recogido el mensaje de los gobiernos y han anunciado en los últimos tres meses importantes inversiones, en especial en la construcción de fábricas de biodiésel, así como un gran esfuerzo en I+D para mejorar los rendimientos de los cultivos energéticos. El acuerdo más sonado ha sido el firmado por Acciona y Repsol YPE, por el cual promoverán seis plantas de biodiésel, de las que cinco estarán situadas en las refinerías de Repsol para la mezcla directa en el gasóleo, mientras que que todavía no se ha tomado una decisión respecto a la ubicación de la sexta planta en la refinería de Puertollano.

Joaquín Ancín, director gerente de Acciona Biocombustibles, señala que pasarán de una producción actual de 35.000 toneladas en la fábrica que tienen en Caparroso (Navarra) a otra de un millón de toneladas de biodiésel, lo que supondrá la mita de lo previsto en el Plan Nacional de Energías Renovables para 2010. 'El biodiésel se obtendrá de aceites de primera utilización, procedentes de la colza, la soja y la palma. El producto final será una mezcla de los tres por cuestiones técnicas y económicasl. La soja y la palma hay que importarlas porque no se pueden cultivar en España por cuestiones de clima y suelo, mientras que actualemnte hay poca colza plantada'.

Ancín adelanta que ya han plantado 2.000 ó 3.000 toneladas de colza en Caparroso y el objetivo es alcanzar las 300.000 hectáreas sembradas en 2010. 'Nuestra idea es que España sea autosuficiente dentro de pocos años en el cultivo de colza. Por cada hectárea que plantemos de colza, se logra entre 2 y 3 toneladas de grano (en función de si el cultivo es de secano o de regadío), del que se puede obtener hasta un 40% de aceite'.

Uno de los grandes problemas es la falta de suelo para cubrir los objetivos fijados. Alfonso Ausín, presidente de Bionor, segundo productor de biodiésel de España, apunta que quieren producir 150.000 toneladas de colza a largo plazo. 'Para llegar a ese objetivo, o importamos o tendríamos que obtener una superficie de cultivo de 900 km2 en Bilbao... '

Fuente: Cinco Días, 3 de abril de 2006
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