14/09/2006 - 11:36h

Las calderas de biomasa empiezan a avivar la llama de las cocinas españolas

La tecnología que se nutre de las energías renovables empieza a llegar a los hogares y a la vida diaria. Muchas casas alimentan sus cocinas y estufas con gas natural, mientras algunas menos disponen de paneles solares para reducir el consumo de energía convencional. Ahora se da un paso más: acaba de llegar a España otra de estas innovaciones, la caldera de biomasa accionada con combustibles vegetales (madera y sus diversos derivados).

 

Normalmente se establece que la madera puede emplearse como combustible vegetal bajo tres formas: como leña para quemar en tarugos; como madera desmenuzada en astillas, o como pastillas de madera molida y prensada denomidadas "pellet".

 

Hasta ahora en España los medios de aprovechamiento de esta biomasa eran tradicionales e ineficientes, como las cocinas de leña o chimeneas, aunque este tipo de aparatos sacan mayor rendimiento a este tipo de combustibles.

 

La ventaja medioambiental de la biomasa consiste en que su combustión no contribuye en absoluto al efecto invernadero pues, a diferencia de lo que ocurre con el gas o el gasóleo, el dióxido de carbono que se libera quemando la madera procede de la atmósfera misma y no del alimentador del subsuelo.

 

Otro de los beneficios a la hora de calentarse con biomasa, es el que afecta al bolsillo: aunque por este tipo de tecnología se produce la misma cantidad de calor que mediante combustibles fósiles, el coste económico es mucho menor.

 

Sin embargo, los sistemas tradicionales de aprovechamiento, al ser menos eficaces en la combustión, generan un calor más costoso y un deficiente aprovechamiento de los recursos naturales invertidos.

 

La caldera de biomasa, en cambio, supone para la calefacción de un edificio, un ahorro en gasóleo de unos 10.000 euros anuales para una comunidad de vecinos. En el caso de una caldera de biomasa de 100Kw de potencia, se puede reducir en 40 toneladas anuales las emisiones de dióxido de carbono dañino a la atmósfera terrestre.

 

Uno de los exportadores más importantes en España de este tipo de tecnología es la austriaca Fröling, una empresa dedicada a la fabricación de calderas de biomasa con potencias de hasta 1.000 kW, con lo que son aptas para cualquier tipo de edificación. Se diferencia de otros fabricantes porque produce todos los componentes de sus calderas.

 

Actualmente, la compañía catalana Nova Energía distribuye en España un amplio elenco de marcas de entre las que destacan Calimax, estufas de biomasa totalmente automáticas; Tatano, calderas de biomasa para uso doméstico, de granjas e industrias y Fröling, calderas de alta tecnología, automáticas y que sirven también para el mercado doméstico e industrial.


Presencia en España

Sin embargo, y a pesar de que pueden parecer novedosas, las calderas que utilizan los combustibles fósiles para su alimentación están presentes en España desde hace años. El primer edificio en albergar este tipo de aparatos fue el pabellón de deportes de Arbúcies (Barcelona); aunque en la actualidad son varias las instalaciones que cuentan con este sistema de entre las que destaca el hotel Flamingo de La Ampolla (Tarragona) que utiliza dos de estas calderas cuando la enegía solar no es la suficiente para atender las necesidades del establecimiento.

 

Fuente: Enrique García, 14 de Agosto de 2006

 

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