La reciente escalada del precio del petróleo está dando los primeros signos de una crisis petrolera que sería la cuarta en la historia. En este sentido, los intereses de George W. Bush para continuar en su lucha contra el eje del mal, actualmente en una situación de amenaza directa a Irán, llevará hacia una posible escalada de los precios del oro negro, e incluso hacia su mantenimiento en el tiempo en estos niveles tan elevados. Conscientes de este hecho, una de las apuestas de futuro para disminuir la dependencia energética del petróleo consiste en el desarrollo de biocarburantes, tanto bioetanol (para mezclarlo con gasolina), cuyo barril cuesta unos 80 euros, como de biodiésel (para mezclarlo con gasóleo), con un precio ligeramente superior a los 60 euros. Es previsible que incluso bajen estos preciow con biocarburantes de segunda generación.
A este aspecto económico se une el que en la producción de biocarburantes predomina un doble componente ecológico, tanto por tener que cumplir la estricta normativa comunitaria EN14314, del Centro de Normalización Europeo, como por la necesidad de reducir la emisión de contaminantes a la atmósfera tras la firma, salvo Estados Unidos, del Protocolo de Kioto. E índice de contaminación con el uso de biocombustibles es muy reducido, tanto por no ser de origen fósil, com por utilizarse biomasa vegetal en la producción de energía, y por usarse etanol, que sustituye a los aditivos empleados en los combustibles.
Un caso especial es Brasil, primer productor mundial de biocarburantes, que presenta la particularidd de unir el mero contenido económico y ecológico del bioetanol, obtenido a partir de la caña de azúcar y técnicamente más difícil de producir que el biodiésel, el objetivo de disminuir la brecha de la pobreza, tal y como sucede en el estado nordestino de Piauí, del que se benefician 65.000 pequeños agricultores. A partir de 2008 será obligatorio en Brasil mezclar un 2% de biodiésel al combustible diésel. Desde 2008, unas 250.000 familias de pequeños agricultores en áreas deprimidas estarán dedicadas a esa producción, los cuales producirán los 280 millones de litros de biodiésel, que serán añadidos a los 40.000 millones de litros de gasoil consumidos anualmente en Brasil.
Conscientes de sus ventajas, y enmarcado en la primera convocatoria del programa Cénit, dsetinado a fomentar la cooeperación entre las iniciativas públicas y privadas en I+D+I en España como parte de la iniciativa Ingenio 2010, la reciente concesión del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, a través del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) de una subvención de más de 22 millones al proyecto Cénit Biodiésel, formado por, entre otros: Repsol-YPF, Acciona Biocombustibles, Biogás Fuel Cell, Koipesol Semillas, Robert Bosch España y Sacyr. La puesta en marcha de este proyecto complementa a otros ya existentes de mayor cuantía, entre lo sque hay que citar la planta de fabricación de biodiésel creada por Cepsa, y Abengoa Energía (200.000 Tm/año), construida en San Roque (Cádiz); la planta del Grupo Acesur (50.000 Tm/año), situada en Tarancón (Cuenca); la planta del Grupo Saria-Garnova (50.000 Tm/año), situada en la Comunidad de Madrid, y la producción de 100.000 Tm/año en Cataluña.
Todo parece indicar que el futuro de los biocarburantes pasa por el biodiésel más que por el bioetanol, debido a la mayor eficiencia energética del primero, y porque en la UE existe una dieselización del parque automovilístico, lo que crea un déficit de gasóleo y un excedente de gasolina. En la UE, el 45% de los motores son diésel, situación contraria en Estados Unidos, donde sólo llega al uno por ciento. Si EEUU subiera su participación al nivel de la UE, lograría un ahorro por consumo de combustible de 5.840 millones de toneladas al año de emisiones de gases con 'efecto invernadero'. De todo ello, y con independencia de la existencia de excedentes en uno u otro sentido, todo parece indicar que se acelerará la transición de los combustibles fósiles hacia los biocarburantes a medida que persistan los conflictos bélicos en Oriente Medio. Situación que se acelerará si aumentan las tensiones entre Estados Unidos e Irán.
Jose Manuel Saiz Álvarez Director Departamento de Ciencias Jurídicas, Económicas y Empresariales de la Universidad Antonio de Nebrija
Fuente: Expansión, 27 de abril de 2006