Igualmente, la industria de biocarburantes afirma ser la primera interesada en que el precio de las materias primas baje lo más posible, ya que éstas representan entre un 60% y un 70% de los costes de producción.
Mitos y realidades
Por otra parte, el informe de la asociación analiza los mitos y tópicos más extendidos sobre la sostenibilidad de los biocarburantes en materia de cambio climático, eficiencia energética, uso de la tierra, biodiversidad y mercado alimentario.
En este sentido, respecto al rumor de que los biocarburantes emiten más gases de efecto invernadero que los combustibles fósiles a los que sustituyen, el documento afirma que “los biocarburantes producidos en España reducen las emisiones de gases de efecto invernadero en hasta un 88% por cada kilómetro recorrido en comparación con el gasóleo y la gasolina”. Además, se asegura que los biocarburantes son a día de hoy la única alternativa disponible al petróleo en el transporte.
En cuanto a la afirmación que los biocarburantes tienen un balance energético peor que el de los combustibles fósiles, el documento contesta que “el balance energético de los biocarburantes es siempre mejor que el del gasóleo y la gasolina, ya que su producción, distribución y uso requiere menos energía primaria y fósil que la utilizada por los combustibles fósiles convencionales”.
Otro mito extendido en ciertos sectores de la opinión pública es que la creciente demanda de materias primas para la fabricación de biocarburantes es la causa de la deforestación de bosques tropicales, como los del Sudeste asiático o Brasil, al fomentar la sustitución de los bosques tropicales por plantaciones agrícolas. El informe del APPA asegura que “la demanda de materias primas para la fabricación de biocarburantes tiene una escasa influencia en la deforestación tropical en el Sudeste asiático y Brasil, un fenómeno que desgraciadamente se viene produciendo desde hace décadas y, por tanto, mucho antes de que empezara la reciente producción a gran escala de biocarburantes”.
La asociación apoya sus afirmaciones en un informe de la Comisión Europea sobre el progreso de los biocarburantes en la UE y la incidencia del biodiésel en la extensión del cultivo de la palma.
En el caso de Brasil, se afirma que el área dedicada al cultivo de caña de azúcar destinada a la producción de bioetanol se encuentra muy alejada de la selva amazónica, además que el país dispone de unas 90 millones de hectáreas potencialmente disponible para la agricultura.
Además, aseguran que la producción de biocarburantes puede tener impactos positivos en la biodiversidad al diversificar los cultivos en sistemas intensivos, pasando del monocultivo al policultivo, y permitir cambiar de especies anuales a especies perennes –chopo o jatrofa para bioetanol y biodiésel, respectivamente.