Un porcentaje determinado de los combustibles de automoción deberá proceder de biocombustibles, es decir, de combustibles de origen vegetal: biodiésel o etanol
Según un informe del Ministerio de Medio Ambiente, la utilización de biocombustibles como aditivos para el diésel y gasolina procedentes del petróleo evitaría la emisión de casi diez millones de toneladas de CO2.
El informe, titulado "Análisis de Ciclo de Vida" de los biocombustibles alternativos para el transporte (bioetanol y biodiesel", ha sido elaborado por el Ciemat, y en sus páginas se comparan la gasolina frente a su posible sustituto, el etanol, y el diésel vegetal frente al fósil.
Las conclusiones finaleses que las emisiones nocivas son menores cuanto mayor es el contenido en biocombustibles, con lo cul usar esta estrategia acercaría a España a cumplir sus objetivos del Protocolo Kioto.
Existen voces discrepantes contra medidas de este tipo, que presentan varios argumentos en contra, tales como que a la hora de elaborar estos cálculos no se tiene en cuenta consencuencias tangenciales para el medio ambiente, como puede ser la deforestación que causa el aumento de la superficie destinada a cultivo debido a esta nueva demanda, costes economicos y energeticos derivados del trasporte de la materia prima a las plantas de procesamiento, del proceso de transformación en sí y de la distribución+ al usuario final. El desgaste medioambiental y social sería aún mayor en caso de importar estos combustibles desde países lejanos, como Brasil o Borneo. La desastibilización en los precios de materias primas que también sirven como alimento es otro de los inconvenientes que se barajan.