11/07/2006 - 11:07h

Los cultivos energéticos llegan al campo español

Los agricultores piden más ayudas para destinar parte de sus cosechas a la producción de combustible. Sin embargo, los expertos avisan de la falta de eficacia de estas apotrtaciones económicas si no se vinculan al desarrollo de esta industria.
El sector de los biocombustibles y los cultivos energéticos es todavía incipiente en España, aunque se prevé que a corto plazo, empiece a desarrollarse de forma importante. Sin embargo, los expertos no se ponen de acuerdo a la hora de decidir si los agricultores deben recibir subvenciones o cómo han de gestionarse.

Éstas son algunas de las conclusiones a las que han llegado los participantes en el foro sobre Cultivos energéticos y biocombustibles, celebrado en la UIniversidad de Castilla_La Mancha en Ciudad Real. Entre otros, allí se dieron cita, además de la Administración central y regional manchega, representantes de la Asociación de Productores de Enegías Renovables y compañías como Abengoa o Repsol.

El investigador principal del proyecto singular del Ministerio de Educación y Ciencia sobre cultivos energéticos, Jesús Fernández, ha señalado, en una entrevista con EXPANSIÓN, que este sector "no ha empezado todavía" en España, ya que se trata de cosechas "tradicionales que se emplean también para producir combustible".

Javier Narváez, director de estudios y responsable de Biocombustibles de la cooperativa agropecuaria vallisoletana Acor, coincide al hablar de un sector incipiente, pero añade que su futuro desarrollado depende de que la Comisión Europea conceda más ayudas a los agriculturores. Actualmente, las subvenciones están fijadas en 45 euros por hectárea y se prevé que esta cuantía ascienda hasta 70 ó 75 euros el próxmo año.

Narváez asegura que estas ayudas son necesarias porque los cultivos energéticos compiten con el aprovechamiento alimentario, que ofrece precios más altos, por lo que las ayudas oficiales están destinadas a cubrir y compensar la diferencia.

Sin embargo, Fernández está en contra de las subvenciones que se ofrecen a los agricultores sin vincularlas a un nivel de producción. "Son como sedantes, quitan el dolor, pero no son una solución" asegura este experto, para quien "el campo se ha hecho subvenciondependiente". En su opinión, las ayudas tienen que ir destinadas a favorecer los cultivos energéticos, "pero no como una renta vitalicia", es decir, que se utilicen para desarrollar una industria y que se eliminien en un futuro.

Narváez comparte también opinión y no aspira a que los agricultores dedicados a los cultivos energéticos cobren subvenciones en el futuro, pero recala la necesidad que existe en la actualidad ahora que elsector está empezando.

El futuro de la agriculutura

Para el miembro de la cooperativa Acor, este tipo de cultivos presenta una gran oportunidad para el sector agrícola, que ve cada día cómo los precios agrarios bajan constantemente. Sin embargo, la idea de desarrollar una producción para el sector industrial supone la posibilidad de que el precio de la materia prima vaya aumentando a medida que crece la demanda de biocombustibles, como son el bioetanol o el biodiésel.

En 2010, el 5,75% del consumo de combustible tendrá que proceder de los biocarburantes, pero España sólo estará preparada para abastecer el 25% del biodiésel y el 40% del bioetanol, por lo que tendrá que importar el resto.

La solución para impulsar su producción pasa por aumentar las subvenciones, siempre y cuando estén ligadas "a niveles de desarrollo" del sector para conseguir que los cultivos energéticos "sean sostenibles", apunta Jesús Fernández. En su opinión, el problema actual es que estas ayudas "están desacopladas de la producción", ya que se conceden en función del número de hectáreas, sin tener en cuenta la cosecha.

Narváez asegura que otra solución es desarrollar cutlivos que sólo se puedan emplear para el sector industrial y que no compitan con el alimentario. En España, el bioetanol se obtiene de la cebada o el trigo, y el biodiésel procede de la colza y el girasol. La alternativa es buscar vegetales como la jatropha, un arbusto que se emplea en India y Centroamérica para la eleboración de biocombustibles. Por las condiciones climáticas, en España habría que recurrir a otro tipo de plantas, como el cardo. De esta forma, no serían necesarias unas ayudas económicas para compensar la diferencia de precios entre el sector alimentario y el energético.

En lo que sí coinciden todos los expertos es en la viabilidad de los cultivos energéticos y la biomasa, ya que tres kilos de paja equivalen en energía a un kilo de gasóleo, con la evidente diferencia de precio. Un nuevo mercado
  • En 2010, España sólo podrá satisfacer el 25% de las necesidades de biodiésel y el 49% de bioetanol. El resto tendrá que exportarlo.
  • Mientras que en Estados Unidos se utilitza maiz y en India o América Central un arbusto llamado jatropha, en España, se emplean la colza y el girasol para elaborar biodiésel y la cebada o el trigo para destilar bioetanol.
  • El cardo podría ser un vegetal no alimentario del que se puede obtener biocombustible.
  • Tres kilogramos de paja tienen una capacidad energética similar a un kilo de gasóleo, pero a un coste más competitivo.
Fuente: Sergio Saiz, Expansión, 27 de Julio de 2007
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