La Asociación Española de Recuperadores de Madera, ASERMA, ha presentado en colaboración con la Asociación de Periodistas de Información Ambiental, APIA, un documento llamado 'Una segunda oportunidad para la madera' en el que denuncia que en España son miles las toneladas de restos de madera que cada año se desprecian. ASERMA ha calculado que de más de 400.000 toneladas de madera tienen como destino el vertedero.
Se tiran sin ningún criterio, anulando cualuier posibilidad de reutilización. Se trata de restos procedentes de multitud de actividades desarrolladas por sectores económicos tan diversos como la construcción, el transporte de mercancías o el doméstico, y cuyo desprecio supone la tala de milllones de árboles. Y esto sólo es una consecuencia evidente, pero hay más. No recuperar los restos de madera, además de limitar opciones para reducir el impacto ambiental de determinadas actividades humanas, supone despreciar criterios biológicos básicos. Fallan conceptos fundamentales.
La biomasa, abreviatura de masa biológica, aglutina una amplísima gama de materiales orgánicos que son incorporados y transformados por el reino animal, incluído el hombre. Todo este proceso da lugar a materiales utilizables directamente, pero también a subproductos que tienen la posibilidad de encontrar aplicación en el campo energético. El concepto es claro, tanto como que en muchos casos la teoría no pasa de ser una oportunidad desperdiciada. Los restos de madera, más de cuatrocientas mil toneladas al año, son un claro ejemplo de un subrproducto energético despilfarrado. 'Debemos dar una segunda oportunidad a la madera', explica Carlos Carvajal, secretario general de ASERMA 'porque es necesario valorizar los residuos para un mejor aprovechamiento de los recursos naturales y por respeto al medio ambiente. La sostenibilidad es usar racionalmente los recursos naturales garantizando su disponibilidad para generaciones futuras. La lucha contra el cambio climático y el cumplimiento del Protocolo de Kioto exigen una actuación sostenible en todos los ámbitos.
El refranero dice que 'grano a grano se llena el granero'. Y en el caso de la madera se cumple la sentencia pupular. En 2004, de acuerdo a los datos hechos públicos por ASERMA, el sector de recuperadores gestionó más de 950.000 toneladas de restos de madera. Es una cantidad estimable, pero no toda la posible, cuyo destino es muy desigual. La mayor parte, un 80%, se reconviertió en tableros; un 10% en energía y el 10% restante se destinó a otros usos. Este desequilibrio es una de las preocupaciones manifestadas por la Asociación Española de Recuperadores de madera, que propugna una reutilización más uniforme, de tal forma que tanto el capítulo de tableros como el de energía se igualen y en cada uno de ellos se utilice entre el 40 y el 45% de la madera recuperada. Ahora bien, para que esto sea posible es necesario que las administraciones públicas se impliquen, desde los ayuntamientos hasta el estado, psando por las comunidades autónomas. 'La logística, preparación y suministro es una fase vital en el ciclo de aprovechamiento energético de la biomasa ya que determina la viabilidad técnica y económica de todo el proceso', explica ASERMA.
La gestión de los residuos de madera en 2004 supuso entre 950 y 1100 empleos directos y miles de puestos de trabajo indirectos, con un volumen de facturación superior a los 50 millones de euros.
Los principales destinos de la madera recuperada son la fabricación de tablero aglomerado, la producción de energía, la creación de compost y los usos ganaderos. Y para ello, sirve casi todo: recortes procedentes de la industria de la madera y el mueble, el serrín y la viruta, los palets usados en el transporte, envases de cajas de fruta o de maquinaria, residuos domésticos como puertas o muebles, desechos de construcción y derribo, restos de poda de monte y núcleos urbanos, las bobinas de cable y mangueras utilizadas en las grandes canalizaciones, e incluso madra ya tratada como traviesas y postes.
En definitiva, una materia prima muy variada que se encuentra dispersa y mezclada con otros residuos lo que se traduce en un notable incremento del coste de recogida y selección de materiales. Por ello, ASERMA entiende fundamental el almacenamiento en origen mediante la utilización de contenedroes, silos o apilamientos según el tipo de residuo del que se trate. Igualmente eficaz sería la concentración en los puntos limpios de los municipios o de los polígonos industriales. Así se facilitaría la logística de los pequeños productores que deben trasladarla materia prima a los centros de tratamiento donde los residuos de madera se someten a procesos de clasificación, limpieza y reducción de volumen.
Fuente: Energías Renovables, marzo de 2006