18/05/2006 - 22:19h

Tecnología gallega para el biodiésel

Facet, la multinacional que dirige en Europa el ingeniero ourensano Camilo Vázquez, es la única productora existente en España de filtros para biodiésel. Con el auge de este combustible alternativo, su facturación crecerá por encima del 20% anual.

Produce el 100% de los filtros de queroseno que utiliza la aviación comercial y militar en España, es el mayor fabricante mundial de sistemas que logran la separación de aguas contaminadas con hidrocarburos y acaba de convertirse en la única empresa de Galicia que participa en el proyecto Cénit Biodiésel, con el que el Ministerio de Industria quiere situar a España como líder tecnológico en el combustible de moda. Facet Ibérica tiene capital norteamericano, pero ya forma parte del paisaje gallego. Opera en esta Comunidad desde el año 1978 y un ourensano, el ingeniero industrial Camilo Vázquez Pérez, es el director para Europa de esta multinacional. La planta ubicada en Arteixo (A Coruña) es la sede central europea de este grupo que también tiene instalaciones en Roissy (Francia), Kempen (Alemania), Pontypridd (Reino Unido), Torino (Italia) y Almere (Holanda).

En el proyecto Cénit, que lidera Repsol-YPF, Facet Ibérica se encarga de desarrollar las tecnologías de filtración y separación de biodiésel. Aunque este combustible ha despertado el interés comercial de grandes inversores, e incluso ya está en el mercado, todavía se rodea de poderosas incógnitas, desde las más estratégicas para el sector hasta las más domésticas:¿cuáles son las materias primas más eficientes?, ¿cómo se empleará en la aviación?, ¿cuál será el estándar de filtrado?, ¿cómo se atajarán los problemas medioambientales que generan las plantas de fabriación?, daña el biodiésel los inyectores de los motores, igual que se le achaca al bioetanol?...

Hoy el biodiésel que se comercializa en España va filtrado, pero a costa de paralizar procesos productivos. Al igual que otros combustibles, se va contaminando de sólidos y agua desde el mismo momento de la producción. Este proceso también tiene lugar durante el transporte por oleoductos, barcos, ferrocarriles o camiones, así como en las diferentes etapas de almacenamiento. Además, otra complejidad del biodiésel es su estabilidad.

Así, para que esté dentro de las especificaciones de venta es necesario aplicar tecnologías de depuración del combustible.

Cándido Cancelo, director adjunto de Facet Ibérica, detalla que ahora mismo se emplean "tecnologías de coalescencia, es decir, juntar microgotas en gotas mayores que se separan por difrencias de densidad. Sin embargo, en estos momentos se empiezan a desarrolar unas nuevas tecnologías de membranas que lo que hacen es no dejar pasar las microgotas de agua, en base al tamaño de poro de paso de los materiales diseñados para este proceso". Des esta forma será posible manejar emulsiones estables, uno de los problemas que se plantean con el biodiésel.

La seguna línea de investigación de la que se encarga Facet dentro del proyecto Cénit -en el que también participan Repsol-YPF, Acciona, Biogas Fuel Cell, Bionor, Elcogas, Guascor, Koipesol.Semillas, IQ Lasem, Robert Bosch España, Savyr, Industrias Suescum, Técnicas Reunidas, Tiffel y Cooperativa Agrícola Valparaíso-, es la de resolver los problemas medioambientales de las plantas de producción de biodiésel y de las fases de almacenamiento y carga.

Así, en su factoria gallega está adaptando al nuevo combustible la actual tecnología de separación de aguas contaminadas por hidrocarburos mediante placas coalescentes. Cándido Cancelo precisa que "la tecnología a desarrollar deberá estar en el entorno de membranas ya patentada o en la búsqueda de una evolución de la misma con más capacidad. Es decir, en conseguir un mayor caudal con la misma superficie".

El grupo Facet Estima que el mercado mundial de filtros para biodiésel alcanzará los 100 millones de dólares, de los que 20 millones pasarán a engrosar las cuentas de la compañía, ya que aspira a una cuota de mercado del 20%.

La mayor parte de los ingresos que genere esta nueva actividad recaerán en Galicia, ya que la planta de Arteixo es una de las más activas del grupo y la que lidera el segmento de la separación de aguas hidrocarburadas. Sus ventas actuales en separadores ascienden a 4 millones de euros/año, con una expectativa de crecimiento del 20% anual.

La empresa que dirige el ourensano Camilo Vázquez no tiene previsto participar como accionista en las plantas de biodiésel que están proyectadas en Galicia, ya que "sólo nos planteamos darles la mejor solución tecnológica para sus procesos".

En 2005, patentó un sistema de saparación de aguas contaminadas con hidrocarburos, químicamente emulsionadas. Las ventas actuales de este producto ya se acercan a los dos millones de euros.

Las inversiones en I+D se centran ahora en sistemas para los mercados energético y medioambiental, mientras que se estabilizarán las producciones con destino a la aviación y a la marina -en ambos casos, comercial y militar- y a la industria en general.

Con una plantilla de 70 empleados, Facet Ibérica facturó el año pasado 16,36 millones de euros y su estimación para el ejercicio actual se eleva a 17,42 millones. En su cartera de clientes figuran el Ministerio de Defensa, el Ejército del Aire, las principales petroleras implantadas en España y compañías como la indú Bharat Petroleum o la saudí Aramco.

El sector de los combustibles obtenidos a partir de grasas animales, vegetales o aceites de semillas no para de encadenar proyectos de plantas de producción y, aunque el orizonte del biodiésel se sitúa en el año 2015 hoy comienza a hablarse de saturación de fabricas en España -también en Galicia- y de una posible caída de precios para hacer frente a tanta competencia. Por primera vez, ¿saldrá ganando el consumidor? Seguro que no; ya habrá quien invente las crisis de los cereales, de las grasas animales o hasta de los aceites reciclados de la hostelería, que también sirven como materia prima.

Fuente: Atlántico, 7 de mayo de 2006

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