El fin del proyecto, según Carrasco, es acercar a España a los objetivos de 4 miloones de toneladas de biomasa que fija la UE para España, y lograr que al menos se obtenga en torno a 1,5 millones de toneladas de esta materia orgánica en 2010.
De momento, se han plantado unas 300 hectáreas de cultivos energéticos, principalmente de colza y chopo, en las comunidades de Aragón, Andalucía, Extremadura, Castilla y León, Navarra, Castilla-La Mancha y Madrid, y se espera que el ritmo de plantación sea de unas 3.500 hectáreas al año.
El plan, en el que participan las instituciones, entre ellas el CEIMAT, y 18 empresas, servirá en un principio para definir qué tipos de cultivos energéticos son los más indicados para cada territorio y para corregir con un plan estrategico "bien definido" las deficiencias de las actividades de aprovechamiento de la biomasa residual, indicó Carrasco. El ministerio confía en que, con esta iniciativa se empleen terrenos que en la actualidad no son rentables para la agricultura, y que se reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero, con el fomento de una energía renovable como la biomasa.
El segundo paso del plan es, subrayó, desarrollar maquinaria específica para hacer que la biomasa sea una energía competitiva para la obtención de biocarburantes y la generación de calor en los ámbitos doméstico e industrial.
Fuente: Lanza, 20 de Julio de 2006